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146 FRANCISCO MORENO DEL COLLADO Esta expedición repatriaría a los japoneses llegados con Vivero y Alonso Muñoz, devolvería el préstamo hecho por los japoneses a Vivero para su regreso a Nueva España y el San Buenaventura, y pediría permiso para cartografiar la costa oriental japonesa. Con todo, otros de los principales objetivos de la embajada eran certificar la amistad hispano-japonesa y conocer el trato que los japoneses iban a dar a los holandeses, enemigos del rey de España. Se compró el San Buenaventura a los japoneses con idea de que la embajada de Vizcaíno viajara en él a Japón. Pero en una junta convocada por el virrey, en la que participaron, entre otros pilotos y altos funcionarios, el propio Vizcaíno, se decidió viajar directamente desde Nueva España a Japón, sin pasar por Filipinas, pero en el galeón San Francisco, no en el San Buenaventura34. Llevarían pocas mercancías para comerciar para no adelantarse a la decisión que tomara la corte de Madrid. La expedición partió de Acapulco el 22 de marzo de 1611, el 8 de junio avistaron tierra y el 10 desembarcaron en Uraga. Ese mismo día, Vizcaíno escribió a los Tokugawa informando de su llegada y pidiendo permiso para pasar a Yedo (o Edo), donde estaba la corte del shogun, Tokugawa Hidetada, y a Suruga, donde estaba la de su padre, Tokugawa Ieyasu. En Yedo, la recepción por el shogun estuvo precedida de algunas discusiones sobre el protocolo a seguir que molestaron a los japoneses y se suelen atribuir a la poca flexibilidad de Vizcaíno. No obstante, la recepción de la embajada tuvo lugar el 22 de junio y salió bien. Los franciscanos Luis Sotelo y Diego Ibáñez hicieron de intérpretes, siendo su labor muy elogiada. En las visitas que en los días siguientes Vizcaíno realizó a altos cortesanos, conoció al daimio35 de Sendai, Date Masamune, un hombre inteligente y culto con el que mantendría un contacto continuo. La embajada española salió de Yedo el 25 de junio. Se detuvieron en Uraga cuatro días para vender algunas mercancías, recibiendo un apremio para continuar su viaje a Suruga. Allí fueron recibidos el 4 de julio por Tokugawa Ieyasu. Una vez concluidas las formalidades, comenzó la labor diplomática propiamente dicha. Vizcaíno solicitó y obtuvo de Ieyasu permiso y apoyo para sondar los puertos del Japón36, para construir un navío y para la venta libre de las mercancías que llevaba. 34 Las razones de esta decisión probablemente tengan que ver con el poco interés español en que los japoneses dispusieran de barcos construidos con tecnología occidental capaces de cruzar el Pacífico. 35 Daimio: En el antiguo régimen japonés, miembro de la aristocracia. La traducción literal del japonés es ‘gran nombre’. Fuente: Real Academia Española. 36 Una copia de toda la información obtenida se entregaría a los Tokugawa. Revista de Historia Militar, 125 (2019), pp. 146-168. ISSN: 0482-5748


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