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EL GENERAL MARTÍNEZ CAMPOS ACABA CON EL CANTÓN... 245 Y, como se adelantaba en los comunicados anteriores, por la noche Martínez Campos estableció una batería en la Cruz de Mislata (situada a unos 800 pasos de los arrabales de la ciudad), en una posición más avanzada que el depósito de agua, y ordenó que el brigadier Villacampa la protegiera con dos compañías de infantería, que tomaron posiciones en el huerto y en el bosque de Santabárbara, como medida de precaución ante posibles “salidas” armadas de la plaza. Ese mismo día, y para evitar posibles acciones de espionaje o incluso desgracias personales de los curiosos, el general Martínez Campos emitiría un “Bando” en el que ordenaba que “Toda persona sin distinción de sexo que se encuentre entre las líneas marcadas de un lado por las avanzadas de Mislata y Chirivella o cualesquiera otro punto que ocupen las tropas de mi mando, y de otro las avanzadas del enemigo, será considerado como espía y castigado con las penas que las leyes marcan para este delito”. Llega la columna del brigadier Salcedo a Alcira y se intenta ampliar la línea de bloqueo. Nueva comisión negociadora de propietarios e industriales valencianos e incorporación al Ejército sitiador de expertos artilleros de la Armada Al amanecer del martes 5 de agosto, las baterías gubernamentales rompieron el fuego contra los tres objetivos concretos donde se concentraban las mayores defensas de los cantonales, que eran las Torres de Cuarte, una batería baja que habían montado delante del edificio del Hospital, y las Torres de Serrano. Y sus resultados, se los comentaba el general Martínez Campos al ministro de la Guerra en un telegrama enviado a las 6 y 40 minutos de esa misma tarde: “He continuado el bombardeo con buen éxito, causando a los insurrectos grandes bajas. Esta tarde salió el cabecilla Plaza con dos piezas y voluntarios al otro lado del río a Campanar habiendo un ligero tiroteo de fusilería contra las baterías de Mislata causándome tres heridos. He enviado al brigadier Villacampa con fuerzas de las tres armas para ver si corta a los que han salido su comunicación con Valencia. Esta noche dispararé una bomba cada 10 minutos sobre la ciudad para quitarles el descanso. El espíritu de la tropa excelente”. El continuado fuego graneado de la artillería gubernamental, y además del daño que produjo sobre la ciudad de Valencia (aunque muy escaso sobre las baterías de los defensores, por la poca precisión obtenida con los disparos), también ocasionaría un gran desgaste propio, inutilizándose dos cañones y averiándose un afuste de uno de los morteros, así como agotándose prácticamente todas las granadas de los cañones de 12 cm de que disponían, poco después de las 7 de la mañana. Revista de Historia Militar, 125 (2019), pp. 245-264. ISSN: 0482-5748


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