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su ejecución está en otro organismo o bien porque los recursos necesarios no le pertenecen o compiten con otras prioridades. Existe una larga nómina de organismos que residencian, de forma implícita, actuaciones en materia de apoyo al personal. Así, una parte de las medidas de orientación profesional, la bonificación por transporte ferroviario, la compensación para atender las necesidades de vivienda por cambio de destino, la gestión de viviendas de cargo y la financiación de una gran parte de las medidas de apoyo a la movilidad geográfica, entre otras muchas, se reparten entre competencias de diferentes actores del Ministerio o del propio Ejército. Consecuentemente, la promoción de iniciativas en materia de personal requiere cohonestar recursos y competencias de actores distintos y, con frecuencia, exige una compleja labor de coordinación e impulso, y de imantación de voluntades y posibilidades en distintos ámbitos de la estructura. Estas dificultades ponen muy en valor los logros alcanzados hasta el momento, desde la primera sección de servicios de apoyo al personal, que lideraron los coroneles Paredes Herrera y Acón Recuero, hasta la expansión posterior, ya como Subdirección, llevada a cabo por los generales Ricardo Sotomayor y Aurelio Quintanilla. LAS PRIORIDADES El apoyo al personal consume recursos que nunca son suficientes y cuyas necesidades cabe priorizar jerárquicamente en una «pirámide del apoyo al personal», donde los primeros niveles se corresponden con las necesidades más básicas, que para la Subdirección involucran el ámbito específico de gestión asociado a presupuesto. Es el caso del apoyo a heridos y a familiares de heridos y fallecidos en acto de servicio, cuya inevitable recurrencia carece de discrecionalidad. También se atribuye esencial protagonismo al apoyo a las familias del personal en zona de operaciones, así como las acciones que protegen la movilidad geográfica y el ejercicio profesional. La formación de apoyo y la formación profesional, así como otros apoyos a la desvinculación (certificaciones, guías de desvinculación, etc.), ocuparían los siguientes niveles de prioridad. En un nivel inmediatamente superior, el esfuerzo lo reclama la formación de las OFAP, sobre las que la Subdirección opera a través de la convocatoria de jornadas y seminarios de actualización, tanto de jefes de OFAP como de sus equipos subordinados, y también en talleres de formación específica de expertos en desvinculación y en orientación laboral. En el vértice de la pirámide se sitúan las actividades de dirección, difusión e inspección y, sobre todo, el área de impulso estratégico, donde se aplica un esfuerzo prospectivo orientado a ensanchar las fronteras del apoyo al personal y, sobre todo, a profundizar 12  /  Revista Ejército n.º 939 • Extraordinario junio 2019 este en el conjunto del Ejército. Aquí tiene un papel protagonista la sección de análisis, que realiza una actividad exploratoria de las necesidades que en materia de apoyo al personal tiene el Ejército, impulsa una política informativa activa (buscando en la frontera tecnológica las herramientas de difusión más eficaces y promueve una mejora continua de las actuaciones en el ámbito del apoyo al personal. EL IMPULSO ESTRATÉGICO: EL HORIZONTE Y LOS RETOS La Subdirección tiene el reto de abrir a existentes necesidades nuevos e inexplorados caminos (allí donde la burocracia, la escasez de recursos o la hiperregulación administrativa parecen cerrarlos) y vencer las resistencias que cada actor involucrado (desde su legítima competencia o acreditado criterio) pueda ofrecer. Para el ciclo 2019-2020 se ha definido un conjunto de objetivos que alcanzar en diferentes áreas de actuación para Pirámide del apoyo al personal


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