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LA CREACIÓN DE LOS SERVICIOS DE INFORMACIÓN DE LOS... 127 respectivo esfuerzo de guerra. La red fue dividida en amplios sectores, cada uno de ellos al mando de un responsable, quien, a su vez, creaba una red propia formada tanto por agentes franceses como, sobre todo, por informantes españoles que, dependiendo de su importancia, recibían un sueldo mensual o gratificaciones por misiones determinadas. Para el servicio de información del Ejército francés, la misión más importante, siempre dentro del ámbito del contraespionaje en el que se centraba su actuación, consistía en el control de la frontera hispano-francesa. Sobre todo se trataba de impedir la introducción en Francia de agentes enemigos, fueran alemanes o españoles, para llevar a cabo sabotajes en su territorio. Por lo tanto, en sus manos recaía el control de pasaportes y también el control de la frontera portuguesa; debían realizar labores propias de propaganda y supervisar —esto es, impedir— el tráfico de hombres, armas y dinero al Norte de África. El 15 de septiembre de 1916, Tillion acudió a cumplimentar a Alfonso XIII al Palacio de Miramar y, a continuación, emprendió viaje de regreso a París. Su sustituto fue un héroe de guerra, el coronel Joseph Denvignes, combatiente del Marne, herido gravemente en tres ocasiones e inútil para el servicio por invalidez. Recuperado de sus heridas fue destinado al Estado Mayor del General Joffre y en septiembre de 1916 enviado a España como agregado militar. Un observador de la época nos lo describe así a su llegada a España: «Delgado, nervioso, ágil, de frase seca y precisa, muy militar, algo estirado, trabajaba lo mejor que podía y sabía por el triunfo de su patria».30 Denvignes desarrolló con ahínco su labor, no modificó nada, obtuvo más recursos económicos que le sirvieron para extender y mejorar el servicio de acuerdo con la experiencia extraída durante el año, lo que redundó en un asentamiento más firme del trabajo a lo largo de 1917 y en poder así llevarlo al máximo de su capacidad ya en 1918. La fama que se granjeó Denvignes sobre su cercanía a Alfonso XIII era cierta. El militar francés —como se deduce por la lectura de sus documentos— creía verdaderamente en la francofilia del rey y en su sinceridad cuando le expresaba su certeza en la victoria de las armas aliadas. No solamente, Denvignes creía firmemente que la contribución que estaba realizando España al esfuerzo de guerra de los aliados en general pero de Francia en particular, era no sólo importante sino determinante. En más de una ocasión escribiría a París llamando la atención sobre este hecho y realizando gráficas descripciones sobre lo que podría ocurrir si España tomase actitudes hostiles hacia los aliados, hasta el punto —amenazaba— de que podían llegar a 30 Vidal, Fabián: «Un general pacifista», en La Vanguardia, 2 de julio de 1930. Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2019, pp. 127-144. ISSN: 0482-5748


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