EL FIN DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL Y LA CREACIÓN... 65 Apenas unos días después de publicada la ley a la que nos venimos refiriendo, el también diputado Alvarado y González, intervino en la sesión del 12 de julio para solicitar que el Congreso ordenara una revista de inspección de los servicios administrativos del “Ejército de Marruecos”; ante las sospechas de ciertas irregularidades. Los diarios de sesiones del Congreso de los Diputados, correspondientes a 1919 tienen mayor interés para nuestro tema. La Primera Guerra Mundial había terminado y como tal, según decía algún diputado, ya no se podían ocultar como “secreto” aquellos asuntos que se habían ido aplazando. Uno de ellos, de los que el Congreso deseaba tratar abiertamente y en profundidad, era la forma en la que se estaba abordando la presencia de España en Marruecos y la situación crítica que allí se vivía. La Cámara consideraba, también, que España estaba fracasando en Marruecos en el orden militar.40 El diputado García Guijarro insistía, por su parte, “El servicio militar establecido hoy en España como obligatorio para todos los ciudadanos, exige más que otro sacrificio de los que a los ciudadanos se puede exigir, una absoluta equidad. La desigualdad en la prestación de ese nobilísimo, de ese elevado servicio, es la más injusta de las desigualdades. … o sin vehementes impugnaciones, quedó en la ley ese verdadero privilegio, esa excepción constituida a favor de los que tienen medios de fortuna; que, mediante él pago de una cuota militar de 1.000 o 2000 pesetas, ese servicio militar se haga brevemente y en condiciones completamente distintas de aquellas en que lo prestan las clases menos acomodadas de la sociedad. … De modo que muy poco más del 50 por 100 de los mozos alistados es el que queda para prestar realmente el servicio militar. ¿Tendré yo que ponderar la importancia de estas cifras? ¿Será necesario demostrar después de esto cómo están en España los servicios de reclutamiento; que no se cumple la ley de Reclutamiento; que no se exige la revista anual que tienen obligación de pasar todos; que no se persigue a prófugos y desertores y que luego, en las operaciones de reclutamiento, ¿hay grandísimos abusos? … Quiero decir al Sr. Ministro de Gracia y Justicia que tendrá toda la importancia que se quiera dar facilidades para que se reintegren a la madre patria esos prófugos y desertores, y creo que con amor se les debe recibir; pero a mí no me impresiona absolutamente nada que no vuelvan aquellos que, sólo pagando 2.000 pesetas, están dispuestos a reintegrarse a la madre patria y no han querido servir, como los demás españoles, bajo las banderas militares. No me importan nada esos malos españoles”. 40 Diario de sesiones del Congreso de 24 de enero de 1919. Página 3692. “Dentro del orden militar, como decía, ni siquiera ha habido una política seguida y unánime, porque los tres Comisarios generales que ha habido en Marruecos, desde la creación, de ese cargo, cada uno dé ellos ha tenido una política, militar distinta y con la persona de cada uno ha terminado la política que creía debía seguirse en el protectorado. Todas estas causas nos han traído al fracaso deplorable, confesado paladinamente por el Sr. Presidente del Consejo de Ministro … el Sr. Ministro de Estado … casi nos hace suponer que va a continuar lá política emprendida, una política eminentemente militarista …; que no va a iniciarse una política eminentemente colonial, con el estudio de las cuestiones que hay que resolver, con el conocimiento exacto, de la riqueza que representa nuestra zona de protectorado, haciendo que nuestro protectorado sea tan amplio como el francés mediante el desarrollo de vías de comunicación, el desarrollo de los servicios de enseñanza, que nos hiciera cada vez más amigos del elemento indígena, que nos acercara a él y que permitiera...”. Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2019, pp. 65-70. ISSN: 0482-5748
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