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13 suponer la invocación del artículo V, respondiendo la alianza en conjunto. ¿Pero cómo? La amenaza de actores no estatales, como el «Estado Islámico» capaces de dotarse de armamento moderno, tecnología disruptiva, capacidad económica e incluso territorio, va mucho más allá que la amenaza que ha supuesto Al-Qaeda en los últimos veinte años, y supone una evolución del terrorismo a escala global sin precedentes. Todo lo anterior nos llevaría a concluir que la situación geopolítica que inspiró al CE de 2010 ya no es la que vivimos en la actualidad. El CE actual se basa en tres pilares fundamentales: la defensa colectiva, la gestión de crisis y la seguridad cooperativa. Estos pilares son, en mayor o menor medida, los mismos que en los anteriores CE de  1991 Y 1999. Y un nuevo CE podría continuar con estos mismos pilares genéricos, pero con matices importantes en su significado e implementación. La situación geopolítica que inspiró al Concepto Estratégico de 2010 ya no es la que vivimos en la actualidad La defensa colectiva, será siempre uno de los pilares, pues es la raison d´être de la Alianza. Sin embargo, el CE de  2010 expresamente «no reconoció ningún adversario en concreto …y se consideraba improbable un ataque a territorio europeo», lo que supuso que el diseño de la Estructura de Mando (NCS) y de Fuerza (NFS) fuera realizado con la mirada puesta en las operaciones de gestión de crisis fuera de área, olvidando el conflicto convencional. La OTAN se ha visto obligada a dar marcha atrás en esta aproximación, como demuestra la vuelta a los grandes ejercicios, la misión Enhanced Force Presence en los países Bálticos, la evolución de la Fuerza de Respuesta OTAN (NRF) a Fuerza Conjunta de Muy Alta Disponibilidad (VJTF), la construcción de una nueva base para preposicionar material norteamericano en Powidz (Polonia) o la ampliación del CG de la NFS en Rumania o Polonia. La creciente capacidad misilística y, por tanto nuclear, ya no solo de Rusia, sino de China, Irán o Corea del Norte son amenazas contempladas muy someramente en 2010. Hay que pensar que, si Corea del Norte fuera capaz de alcanzar Alaska, tal y como presume, estaríamos ante la invocación del artículo 5 de l Tratado. Si el BREXIT finalmente se materializa, es de suponer que la UE avanzará en la construcción de la defensa europea, lo que podría dar un impulso nuevo a la colaboración entre la OTAN y la UE. En los siete CE de la historia de la Alianza, el vínculo transatlántico siempre ha sido un aspecto relevante. Concepto tras concepto se ha venido insistiendo en que la defensa de Norteamérica y la defensa de Europa es una misma cosa. Un debilitamiento del vínculo por parte de Estados Unidos implicaría que sobre la UE recaería una mayor responsabilidad en materia de seguridad, pero habría que preguntarse sobre las capacidades reales de una UE tras el BREXIT. Un vínculo transatlántico fuerte es vital para la OTAN que a lo largo de la historia se ha materializado en el paraguas nuclear y la presencia de fuerzas armadas norteamericanas en Europa. El segundo pilar sobre el que se podría basar un nuevo CE es la gestión de crisis, pero vista de una manera más amplia. La OTAN seguirá necesitando ser una suerte de mecanismo de prevención y gestión de crisis en el ámbito global. La Fuerza Móvil del Mando aliado de Europa (AMF), creada en la década de  1960, orientada a la defensa colectiva como fuerza de disuasión y despliegue rápido, dio paso en 2002 El secretario general de la OTAN Anders Fogh Rasmussen explica el nuevo concepto estratégico, octubre de 2010


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