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del general Oráa, en la localidad valenciana de Chiva. LLEGADA DE LA EXPEDICIÓN REAL A VILLAR DE LOS NAVARROS Continuando con su periplo, el 21 de agosto llegaba la Expedición Real a la localidad turolense de Muniesa, punto en que el general Ramón Cabrera se separó de la expedición y marchó hacia Chelva, en la provincia de Valencia, para desde allí preparar las fuerzas que debían acompañar en Castilla a las tropas carlistas expedicionarias. Y al día siguiente, internados en tierras aragonesas de la provincia de Zaragoza, los carlistas llegaron a la población de Villar de los Navarros. En aquel momento operaban contra la Expedición Real las columnas del general Baldomero Espartero (que estaba en Calatayud), así como las del general Oráa (posicionado en Daroca) y las del brigadier José Clemente Buerens quien, recién salido de Zaragoza, se situó entre Belchite y Cariñena. COMIENZO DE LA BATALLA Conocedor el general Oráa (entonces capitán general de Aragón, Valencia y Murcia) de que los carlistas Expedición Real, Estella (Navarra). Recreación histórica, obra de Jordi Bru habían acampado en Villar de los Navarros, ordenó a su segundo, el brigadier Buerens, que se uniera a él en Daroca para, conjuntamente, con una fuerza de  16  000 soldados de infantería, artillería y caballería, atacar al ejército carlista (muy inferior en número, pues entonces constaba de tan solo 6000 soldados), hecho que, de haberse producido, muy probablemente 86  /  Revista Ejército n.º 940 • julio/agosto 2019 hubiera acabado con la derrota definitiva de los expedicionarios carlistas y las aspiraciones al trono de don Carlos. Los acontecimientos se precipitaron el 24 de agosto de 1837, cuando los carlistas simularon la retirada de sus tropas De manera que obedeciendo las órdenes de su superior, el 23 de agosto Buerens llegaba con sus tropas a la localidad zaragozana de Herrera de los Navarros (a apenas 8 kilómetros de Villar de los Navarros), al tiempo que enviaba a tres mensajeros para que informaran al general Oráa de su llegada. No obstante, los carlistas interceptaron a los mensajeros y los fusilaron en el acto, cortando la comunicación entre los dos ejércitos de la reina. Pasadas las horas, y ante la falta de noticias del general Oráa, los acontecimientos se precipitaron al día siguiente, 24  de agosto, cuando los carlistas simularon la retirada de sus tropas. El engaño se produjo cuando una compañía de caballería carlista se adelantó hasta Herrera de los Navarros, ante la vista de la división de Buerens, y al galope retrocedió a lo largo de las faldas del santuario de la Virgen de Herrera, hacia las localidades de Nogueras, y Villar de los Navarros, fingiendo que se batían en retirada ante el avance de la división, al mando de Buerens. Sin embargo, se trataba de una emboscada en la que (en persecución de los carlistas) cayó primero una compañía de cazadores de la Guardia Real y después el regimiento provincial de Ávila que acudió en su ayuda, sucesos que acontecieron en el término denominado Val de Navarra, donde la


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