OPERACIIONES PARACAIIDIISTAS toda su fuerza en campaña y lista para el combate en 10 minutos; si se utilizaban helicópteros tardarían al menos dos horas y supondría 120 salidas de los mismos. Como operación de guerra, todo salió como la seda. Los paracaidistas llegaron a la zona a menos de tres kilómetros de Katum a las 09:00, siendo el primero en lanzarse el general John R. Deane, comandante de la 173.ª Brigada Aerotransportada que dirigía a sus hombres en el primer y ultimo salto de combate de la Guerra de Vietnam. Los C-130 cruzaban la zona elegida marcada con humos de colores por equipos de controladores aéreos, a intervalos de 20 segundos, según lo prescrito, marchando todo según el plan. A las 09:20 horas se habían establecido puestos de mando en el terreno y cinco minutos después comenzó a llegar equipo pesado. A las 15 horas se conectó con la 3.ª Brigada de la 1.ª División de Infantería Mecanizada que se dirigía al norte a lo largo de la Ruta 4 desde las bases de artillería recién establecidas alrededor de Prek Klok. Los comunistas reaccionaron con poco más que fuego de francotiradores, informando la Brigada únicamente de 11 heridos leves, todos causados por el salto en si, y no se entabló contacto con el enemigo. En cuanto los batallones de asalto estuvieron situados en el norte, la 2.ª Brigada de la 25.ª División de Infantería y el 11.º Regimiento de Caballería Mecanizada avanzaron hacia la herradura abierta. Tampoco ellos encontraron mucha resistencia, lo que permitió al teniente general Seaman ordenar un registro concienzudo de la zona operativa que comenzó el 25 de febrero. Al mismo tiempo fueron asentados los campamentos de las Fuerzas Especiales en Prek Klok y Katum y se construyo la pista de aterrizaje. Esto demostró ser suficiente para provocar una respuesta, y las fuerzas americanas fueron atacadas alrededor de Prek Klok en dos ocasiones. El 28 de febrero, la Compañía B, 1/6 de Infantería encontró una compañía del 2/101.º Regimiento del ENV a unos seis kilómetros al sur de la nueva base, siendo salvados de la aniquilación por el apoyo aéreo y artillero. El ENV dejo 167 cadáveres sobre el campo de batalla, mientras que las bajas norteamericanas fueron de 25 muertos y 28 heridos. Diez días después, 44 Foto superior: operador de radio de un puesto de mando Foto inferior: llega el equipo pesado
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