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V CENTENARIO DE LA PRIMERA VUELTA AL MUNDO DE MAGALLANES Y ELCANO sacos), ponían un pescado muerto sobre un recipiente encima de aquéllos, y cuando el pescado estaba ya invadido de insectos, se tiraba al mar y se sustituía por otro. El agua representaba el elemento más complicado para todas las marinas. De forma general, se podría decir que cada hombre consumía por término medio tres litros de agua al día (uno para la bebida, uno para la sopa y uno para la preparación de las comidas). Mención especial merece la denominada ración de queso, que tan solo se suministraba con temporal y mala mar, debido a que los fogones tenían que permanecer Barricas de agua. apagados por el riesgo de incendios y la supervivencia del cocinero. Curiosamente, en esta época tanto la cocina como el horno de panificar estaban instalados a popa del palo trinquete, en la cubierta del combés, por lo que guisar en los buques era una fuente de problemas. Este riesgo venía de la necesidad de mantener el fuego encendido y la gran cantidad de leña que era necesario almacenar en cubierta, cerca de la cocina. Debido a la religiosidad manifiesta de la gente mar, se respetaba en la medida de lo posible la Cuaresma, y para ello se elaboraba un menú especial, consistente en ración de bacalao el viernes y sábado de cada semana que duraba la Cuaresma. También es importante mencionar que existía una dieta especial para enfermos, consistente en bizcocho blanco, gallina y carnero. La alimentación formaba parte de la remuneración de las tripulaciones, las calorías que se ingerían en la mar eran superior a la de un obrero que trabajara en tierra, es decir, por encima de las 5.000 calorías por hombre y día; el problema radicaba en que las raciones suministradas eran monótonas y con falta de vitaminas que, era lo más peligroso. ¿Cómo eran las condiciones sanitarias a bordo? Hay que reconocer que en los barcos de aquella época el hacinamiento y el inadecuado vestuario contribuían al desarrollo de enfermedades; la vida a 2019 319


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