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Revista_Ejercito_942

El joven Fidel Castro junto a su hermano Raúl y Camilo Cienfuegos, el 14 de marzo de 1957 33 Insurreccional Revolucionaria, y en la FEU, Federación Estudiantil Universitaria, y también había sido rechazado en el Partido Ortodoxo por sus antecedentes gansteriles, pero ágil y con sentido de la oportunidad, denuncia a Batista ante los tribunales, acción sin resultados tangibles en el ámbito judicial pero que le aportará la notoriedad que ya llevaba tiempo buscando y que le servirá para conseguir sus primeros acólitos y seguidores. Un año más tarde Fidel intenta el asalto al cuartel de Moncada, en Santiago de Cuba, supuestamente más accesible para un pequeño grupo como el suyo, pero la muy deficiente planificación y la peor ejecución harán que la operación acabe con resultados desastrosos. La mayoría de los asaltantes caen muertos durante la refriega y otros son asesinados en los interrogatorios posteriores. Es el 26  de julio, fecha que dará nombre después al Movimiento de Castro, y los dos hermanos, junto con unos pocos supervivientes, son capturados en las afueras de la ciudad un par de días más tarde por la policía batistiana. Castro y los suyos serán condenados a 15 años en la cárcel de la isla de Pinos3, construida por Machado. Allí Fidel prepara su propia defensa, que será divulgada en toda la isla por sus seguidores mediante un panfleto, La historia me absolverá, que servirá para apuntalar su fama ante los contrarios al régimen. Su estancia en la cárcel será corta, pues su familia, gracias a sus relaciones con la alta curia católica y también, probablemente, a algún aporte económico a las cuentas del dictador, conseguirá que a los dos años sea amnistiado. Después de pasar por la cárcel, Fidel, Raúl y unos pocos allegados se autoexilian en México, donde ya se les unirá el Che y donde Raúl profundizará sus contactos con miembros del Partido Comunista soviético. Consiguen financiación y para el mes de diciembre de  1956 vuelven a intentarlo, desembarcando con el yate Granma —en otra mal planificada operación de Fidel— en el oriente cubano, para empezar la lucha contra el régimen desde la Sierra Maestra y también en las ciudades. Esta lucha, en clarísima inferioridad de condiciones, cuenta con la fortuna de los elegidos por el destino, el apoyo de la población y las distintas fuerzas políticas del país, y también con la absoluta ineficacia de un ejército corrompido y desmoralizado. EL PODER Los primeros tiempos de la Revolución fueron desenfrenados en el cambio social y en la persecución de enemigos políticos, con fusilamientos de dudosa legalidad a cargo del Che Guevara en la Fortaleza de la Cabaña. Fidel colocó un presidente de la República, Urrutia, y también un jefe de Gobierno, mientras él se mantenía como jefe de las Fuerzas Armadas, títeres que solo duraron seis meses, y al mismo tiempo sus propios comandantes, como Huber Matos o Gutiérrez Menoyo, reniegan del Movimiento o desaparecen sospechosa y oportunamente, como Camilo Cienfuegos. Con la Reforma Agraria, en la que las 200  000 hectáreas de la familia Castro fueron las primeras expropiadas, aún tenía el apoyo de la mayoría, y los que no lo respaldaban ya habían empezado a marchar para los Estados Unidos. Estos comenzaron a colocarle trabas económicas, a


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