83 PUNTOS DE FRICCIÓN Y AMENAZAS Es cierto que EE. UU. y China se necesitan mutuamente en temas como la proliferación nuclear, la crisis del clima, fuentes de energía sostenible, y la «discreta» diplomacia china podría ayudar a la solución política en cuestiones como Corea del Norte, Irán o Siria. Pero también existen puntos de fricción, como es el caso del mar del Sur de China donde China ha fortificado siete arrecifes, o el mar Oriental de China donde reclama las islas japonesas Senkaku, a pesar que el Tribunal de La Haya declarase en 2016 que China no tenía derechos históricos para reclamar la zona comprendida en «la línea de nueve trazos». Más recientemente, en julio, una patrulla conjunta de aviones rusos y chinos en el mar de Japón voló sobre las islas Liancourt Rocks —reclamadas por Japón y Corea del Sur— que obligó a disparos de advertencia de Corea del Sur. Además, a todo esto se une el interés chino por las islas filipinas Grande y Chiquita, y las de Fuga, que hasta ahora ha tratado de conseguir sin recurrir a medios militares. Más preocupantes son las ideas, puestas de manifiesto en el Libro blanco de la Defensa, de lograr la reunificación de Taiwán y su notable interés por influir en las próximas elecciones presidenciales de enero apoyando al candidato del Kuomintang, Han Kuo-yu, aunque las protestas de Hong Kong pueden hacer que Taiwán mantenga en el poder a Tsai Ing-wen, una firme defensora de la independencia de facto de la isla y mantener una relación más estrecha con EE. UU. Tampoco faltan referencias en el citado documento a las fuerzas separatistas externas que abogan por la independencia del Tíbet, y la creación de un Turquestán Oriental que «presentan amenazas a la seguridad nacional y la estabilidad social de China ». Una actitud china que contradice la idea de «la solución de las disputas internacionales a través del dialogo, la negociación y la consulta», como indica el que se ha calificado como Libro Blanco de Xi Jinping en la Nueva Era de Xi Jinping6. En definitiva, no están claras las consecuencias a largo plazo que tendrá el enfrentamiento económico chino estadounidense, pero de momento EE. UU. ha logrado que China tenga problemas, aunque los efectos transcienden a todo el mundo, especialmente al Pacífico. Solo cabe esperar que, como sugiere Martin Wolf, «aunque no se acepte todo lo que China dice o hace, la mejor manera de tratar Occidente a China es insistir en los valores permanentes de libertad, democracia y multilateralismo, combinando competencia con cooperación »7. Una fórmula que puede impedir que se cumplan las predicciones de Mel Gurtov, que a finales de julio escribía: «la guerra comercial y competencia tecnológica de EE. UU. y China son síntomas de un estancamiento peligroso de las relaciones entre ambos países, que puede tener graves consecuencias para la economía global y la seguridad internacional »8. Finalizado por el autor el 10 agosto de 2019. NOTAS 1. Hitchen, Theresa: «Competition (With China) Is the New Deterrence, US military Leaders». Breaking Defense. 31 de julio de 2019. 2. «Is there a China model?». Editorial East Asia Forum. 8 de julio de 2019. 3. Rappeport, Alan: «China Reacts to Trade Tariffs and Hong Kong Protests by Blaming U.S.». New York Times. 1 de Agosto de 2019. 4. «Trade War: China Suspends Purchases of US Agricultural Products ». Global Research News. 7 de Agosto de 2019. 5. Escobar, Pepe: «China lays out military road map and denies it seeks hegemony». Asia Times. 27 de julio de 2019. 6. Loc Doan, Xuan: «Xi repeats himself in Defense White Paper». 6/8/2019. Asia Times.6 de Agosto de 2019. 7. Wolf, Martin: «The looming 100- year US-Conflict». Financial Times. 7 de junio de 2019. 8. Gurtov, Mel: «The Dangerous New US Consensus on China and the Future of US-China relations». Asia-Pacific Journal. 21 de julio de 2109.
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