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TEMAS GENERALES ba descontrolada. En el diario de sesiones del Congreso del 14 de julio, Prefumo, diputado por Cartagena, interpelaba al Gobierno criticándole su inacción e incluso alineamiento con los insurrectos: «Y cuando esto veo quiero inquirir las causas; y no es que vaya yo a buscarlas en este momento, porque la causa la tenía yo conocida de antemano. Mas no es lo doloroso que yo tuviera conocidas esa causa, porque conociéndola, algo debía haberse hecho para enmendarla; es que la conocía el gobierno, es que la conocía el Sr. Presidente del Poder Ejecutivo... ¿Cómo han venido los sucesos de Cartagena? En la mañana del día 12, con la preparación que tienen siempre estos acontecimientos, porque no vienen llovidos del cielo…» La discusión parlamentaria continúa de forma extensa durante la sesión entre el diputado y el ministro de Ultramar. Finalmente, el presidente Pi y Margall asume la respuesta al diputado y en su discurso reconoce: «El Sr. Prefumo supone que me avisó hace días de los sucesos de Cartagena. Es verdad, no lo niego…» Queda claro que los hechos venían anunciándose con tiempo para actuar, pero bien por torpeza, o bien, como asegura el diputado Prefumo, por connivencia de las autoridades con los insurrectos, se deja prosperar la insurrección. Sobre la gravedad de la situación escribía Martínez Campos al ministro de la Guerra en una carta fechada en 19 de agosto de 1873: «... un descalabro completo en Cartagena puede ser la pérdida de la sociedad española» (4). Inacción militar y falta de disciplina En la víspera de la insurrección, en las puertas de la ciudad esperaba el Regimiento Iberia para su embarque hacia Málaga, donde se intentaba controlar una insurrección de corte similar. Ante tal situación, se le impide la entrada en Cartagena durante todo un día. De haber intervenido inmediatamente hubiera podido sofocarse la insurrección, pero en el tiempo que se mantuvo a las puertas de la ciudad, el coronel Pozas, anterior jefe del regimiento, sublevó a la tropa. Cuando este entró en Cartagena ya se había rebelado. Paralelamente la Flota se encontraba en puerto a la espera de los acontecimientos (5). El castillo de Galeras, uno de los que defienden la ciudad, es tomado por los insurrectos, y posteriormente la Atalaya, pero San Julián y (4) LÓPEZ DOMÍNGUEZ, J.: Memoria y comentarios sobre el sitio de Cartagena, Apéndice, p. 6. (5) La referencia a la correspondencia entre la Armada en Cartagena y el Ministerio de Marina se encuentra archivada en el Archivo General de la Marina «Álvaro de Bazán». Un registro casi cronológico de los acontecimientos puede consultarse en: ROLANDI SÁNCHEZ 2019 479


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