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El ejercicio se desarrolló en distintos escenarios de la bahía de Cádiz y el mar de Alborán Juan Carlos I; el Grupo Naval de Playa prepara el desembarco de los infantes de marina que culminarían el asalto anfibio en la Sierra del Retín. Un Sea King inserta al equipo de reconocimiento. El destructor USS Gridley encabeza la formación de buques aliados en el ejercicio. ble y tecnológicamente avanzada, que la OTAN puede desplegar rápidamente donde se necesite en todo momento. Se compone de capacidades terrestres, marítimas, aéreas y de operaciones especiales, que las naciones aliadas aportan por periodos de doce meses. España, además de ceder unidades a los diferentes componentes, pone a disposición de la OTAN dos cuarteles generales de alta disponibilidad, uno marítimo (el SPMARFOR a bordo del Castilla, y otro para operaciones terrestres y conjuntas, el NRDC SP ó Cuartel General español de Despliegue Rápido de Bétera (Valencia). El próximo año le corresponde a Bétera desempeñar las funciones de cuartel general conjunto, eminentemente terrestre, objetivo para el que se certificó con el ejercicio Trident Jackal 19, desarrollado el pasado septiembre en Menorca. Del mismo modo, el Dynamic Mariner/Flotex´19 ha servido para poner a punto el mando componente marítimo, que asumirá la Armada española. La prueba realizada en las costas españolas «ha certificado la capacidad del Castilla como plataforma para ejercer de mando y control de una fuerza naval de gran entidad, que puede incluir grupos anfibios o portaaviones, escoltas, submarinos y aeronaves de distintos tipos», explicaba el vicealmirante Martorell. Después de diez intensos días, el 18 de octubre la OTAN dio por finalizadas las maniobras. «Me gustaría felicitar a SPMARFOR por su tremendo trabajo como anfitrión y líder. Ha sido un ejercicio complejo, que nos ha proporcionado un entrenamiento de extraordinario valor a los participantes, en todos los niveles, desde los de Task Force y Task Group hasta los barcos individuales y sus dotaciones», señaló la comodoro canadiense Josée Kurtz, comandante de la SNMG-2. El vicealmirante Martorell se hizo eco de este sentimiento: «Ha sido una gran oportunidad para que múltiples naciones de la OTAN se unan durante un gran ejercicio conjunto multinacional, y al hacerlo, para reforzar la fuerza y ​​la estabilidad de nuestra Alianza compartida». Víctor Hernández/Fotos: Pepe Díaz Noviembre 2019 Revista Española de Defensa 33


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