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más nervioso era yo —reconoce— porque cuando sabes que tienes la medalla al alcance de la mano y que por cualquier detalle se te puede escapar…». Los Juegos Mundiales Militares son el segundo evento deportivo más importante del mundo por número de competidores después de los Juegos Olímpicos. Se realizan desde 1995 con el objetivo de fomentar el deporte y crear lazos de amistad a través de la competición. China, la anfitriona de esta edición, se ha volcado en la organización. Desde la villa olímpica para albergar a más de 8.000 militares de 107 países, la primera que se hace específicamente para una competición de este tipo, hasta la ceremonia de inauguración, digna de unas Olimpiadas. Consiguió 239 medallas, muy por delante del segundo clasificado, Rusia, que obtuvo 161, y el tercero, Brasil, con 88. Elena Tarilonte Ricardo Pérez/MDE La sargento María Luengas ganó dos Victory Certificates en salvamento y socorrismo. El equipo de paracaidismo —derecha—, otros dos en formaciones y prueba absoluta. sanitario, árbitros, jueces, miembros de la organización y autoridades. Participaron en 17 modalidades deportivas de las 27 que incluye la competición —25 oficiales y dos de exhibición—. «Queremos daros el apoyo, el ánimo, la buena suerte y, sobre todo, queremos reconocer el esfuerzo y el trabajo que lleváis haciendo desde hace mucho tiempo», les dijo la ministra de Defensa en funciones, Margarita Robles, a los atletas cuando visitó la concentración el pasado 15 de octubre, antes de viajar a China. En el acto de despedida también estuvieron presentes el subsecretario de Defensa y presidente del Consejo Superior del Deporte Militar, Alejo de la Torre; el director general de la Guardia Civil, Félix Azón; la directora general de Reclutamiento y Enseñanza Militar, María Amparo Valcarce; el jefe del Cuarto Militar de la Casa de S.M. el Rey, almirante Juan Ruíz Casas; y el subdirector general de Enseñanza Militar, general de división Pedro J. García Cifo. EMOCIÓN HASTA EL FINAL El equipo español de pentatlón naval estaba formado por los sargentos Álvaro Bartus y Luis Enrique Manrique y el cabo primero Juan Francisco Paredes. La prueba incluía, por primera vez, una carrera de relevos y fue ahí donde los españoles echaron el resto. «Para participar en relevos había que superar la anterior prueba de cross anfibio con una marca mínima de 14 minutos, los hombres, y 16, las mujeres —explica el comandante Muñoz Nava, jefe del equipo—. Así, ningún equipo podía reservar personal para que estuviera descansado y todos pudiéramos competir en igualdad de condiciones». La carrera estuvo muy competida hasta el final. En una primera ronda clasificatoria, en la que participaron todos los equipos, pasaron los cuatro primeros tiempos. España quedó segunda. En semifinales, nuestro equipo se enfrentó a China, que ganó, así que tuvo que luchar por el tercer y cuarto puesto contra Dinamarca. «Ellos tuvieron un pequeño tropiezo en el cuarto obstáculo y conseguimos algo de ventaja. Y menos mal, porque nosotros fallamos en el lanzamiento de granadas. Pero no consiguieron recortarnos esa ventaja», recuerda el comandante Muñoz Nava. «Y conseguimos la medalla, la tan ansiada medalla». Todos explotaron de alegría cuando el cabo primero Paredes cruzó la línea de meta. Él más que nadie. «Estaba tan eufórico que finalizó la prueba dando volteretas en el aire», recuerda el responsable del equipo. «Durante la carrera, el La ministra de Defensa en funciones y otros cargos del Departamento se reunieron con los atletas para mostrarles su apoyo antes de partir a China. Noviembre 2019 Revista Española de Defensa 47


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