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TEMAS PROFESIONALES por el hecho de que en su persona reúne una gran cantidad de poder que le proporciona una fuerte confianza en sí mismo, ya que es jefe del Estado, secretario general del Partido y presidente de la Comisión Militar Central, entre otros cargos. Y parece que va camino de conseguir la presidencia indefinida de su país. En muchos foros, el presidente chino está apareciendo como el bueno y el sabio de la película. Es uno de los abanderados mundiales en la lucha contra la contaminación ambiental (que buena falta le hace, ya que a veces en Pekín no hay quien respire, y lo digo por experiencia propia), está concediendo créditos a diestro y siniestro, defiende el libre comercio, habla del diálogo, el entendimiento y la concordia, es un referente en la inteligencia artificial, lidera lobbies, efectúa donaciones, y dentro del régimen comunista mantiene una economía de libre mercado, muy agresiva a veces y con unas miras muy amplias, como es el caso de la nueva Ruta de la Seda. Pero su influencia no pasa desapercibida a nadie, y los líderes occidentales están serenamente preocupados con sus actividades en todos los campos, entre ellos el que nos ocupa en este momento, los relacionados con su Marina de Guerra. La mayor parte de los cambios en la Marina de Guerra china están orientados a los desarrollos cibernéticos, a las mejoras de los sistemas de misiles, y a impulsar su capacidad operativa para actuar en profundidad, lista para defender los cada vez más importantes intereses chinos, sobre todo en aquellos lugares donde tienen centrada su estrategia: estrecho de Taiwán y mar del Sur de China. En varios sectores del ámbito naval, China ha superado la capacidad de producción de los Estados Unidos. Y hoy por hoy puede amenazar a los portaviones norteamericanos que se aproximen a sus costas, ya que tiene misiles capaces de alcanzar a un barco a 4.000 kilómetros de distancia. En el mes de enero de 2019, durante su primer discurso del año dirigido a las tropas, Xi Jinping pidió al Ejército Popular de Liberación que estuviera preparado para el combate, ya que el mundo se enfrentaba a una época de grandes y drásticos cambios. ¿Era pura retórica? ¿Hablaba en serio? El tiempo lo dirá. Hay que tener en cuenta que China se ha caracterizado por su neutralidad y no injerencia, y hace ya mucho tiempo que no ha combatido, por lo que debe de estar un tanto desentrenada en el campo de batalla. portaviones Antes del año 2018, China solo contaba con un portaviones, el Liaoning, que se empezó a construir en la Unión Soviética en el año 1985, y en el año 1998 Ucrania lo vendió a China, en cuya Armada empezó a estar operativo en 2012. Ha servido para preparar e instruir a su gente de cara a la construcción de nuevos portaviones en sus astilleros. 2019 761


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