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TEMAS GENERALES Con todo ello, en menos de un año se construyeron y alistaron las cinco naos con provisiones, armamento y mercadería de intercambio para dos años, y el 10 de agosto de 1519 bajaron el río Guadalquivir hasta Sanlúcar, donde finalizó el alistamiento y la selección definitiva del personal para salir por la barra afuera el 20 de septiembre (14). Es llamativa esta larga estancia en Sanlúcar; tal vez para escapar del mal ambiente que le rodeaba en Sevilla y poder ultimar con mayor tranquilidad los preparativos, aunque las fuentes consultadas no citan nada al respecto señalando como causa la espera de vientos favorables. Pero, a pesar de todas sus cualidades, parece ser que Magallanes apuntaba aspectos de su carácter que sin duda las ensombrecían. Es significativo que algunos intrigaran contra él, consecuencia tal vez de su forma de ser que producía cierto rechazo natural, o bien que provocaba en otros envidias o intereses bastardos; o una mezcla de todo ello. El caso es que se granjeó enemistades entre sus compatriotas primero, después en una parte de la corte —especialmente entre la camarilla del influyente Guillermo de Croy, señor de Xebres y tío del cardenal arzobispo de Toledo—, también entre los oficiales de la Casa de la Contratación de Sevilla y finalmente, ya durante el viaje, entre los principales cargos españoles de la expedición que habían sido nombrados directamente por el emperador (15). Este rechazo que tanto en españoles como portugueses provocó Magallanes no ha sido muy tratado por los expertos. La historiografía no deja en mal lugar al insigne marino, dejando entrever que en general no le faltaban razones en estos episodios. Algunos hechos narrados por las testificales de los desertores de la nao San Antonio en 1521 primero, y por los supervivientes de la nao victoria —incluido Elcano— después, parecen asomar que Magallanes podría tener interés en deponer a los mandos españoles, y quitárselos de en medio para relevarlos por gente de su cuerda, portugueses (14) Como curiosidad, señalar que en la Relación constan los gastos de pilotaje, desglosados ya entonces en el practicaje desde Sevilla hasta Sanlúcar y desde la barra de Sanlúcar afuera. Los primeros cobraron 720 maravedíes y los segundos 397 maravedíes por cada nao. Teniendo en cuenta que Elcano cobraba 3.000 maravedíes por mes, siendo un sueldo alto de la expedición, se concluye que el oficio de práctico ya estaba entonces bastante bien remunerado. (15) Los desencuentros entre los principales españoles se produjeron desde el primer momento, y alguna de las causas detonantes no parece de mucha importancia, como el modo de saludar al capitán general que intentó imponer Magallanes sin mucha mano izquierda al veedor real Juan de Cartagena. Por ello lo apresó en noviembre de 1519 y le quitó el mando de la nao San Antonio. Seguramente, las ejecuciones de los capitanes Gaspar de Quesada y Luis de Mendoza ordenadas por Magallanes y el cruel abandono de Juan de Cartagena en las inhóspitas tierras de los patagones también contribuyeron a forjar su ya deteriorada imagen en España. Incluso entre sus valedores incondicionales, ya que este último era probablemente un pariente cercano del influyente obispo de Burgos, que se disgustó mucho con la noticia. Magallanes perdió desde entonces su principal apoyo en la corte. 902 Diciembre


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