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120 JOAQUÍN GIL HONDUVILLA Las vivencias y apreciaciones del capitán Eduardo Herrera de la batalla de Mukden fueron posteriormente plasmadas en un extensísimo informe, fechado en Yokohama el 6 de abril de 1905. En este escrito de treinta y un folios, más nueve de apéndices, este militar relata pormenorizadamente de los movimientos del 3er Ejército, en el ala izquierda de las fuerzas japonesas. En este trabajo Herrera informaba de las andanzas del ejército al que estaba agregado desde que la finalización del sitio de Port Arthur; su desplazamiento hacia el frente norte; la batalla de Pekavtai; su visita al 1er Ejército, entre los días 9 a 11 de febrero, donde pudo entrevistarse con el teniente coronel Sanchís; su visita al 2º Ejército, el día 17 del mismo mes; su visión de los combates en la batalla de Mukden desde su puesto de agregado; su libertad de movimientos durante las operaciones. También nos describe, lo que él denomina “servicios de etapa” y que hoy podríamos entender como todo el apoyo logístico que sostenía al 3er Ejército. Al informe quedaron agregados tres apéndices dedicados a los combates de Tzalejo, Yiokaton y a la retirada de la retaguardia del ejército ruso que fueron elaborados en Yokohama el 8 de abril de 1905. La misión del capitán Herrera en Corea había terminado. Tras su “rebeldía en abandonar” la zona de operaciones, y como señalaba el informe de la agregaduría militar de la legación española, este militar salió para Japón el 12 de marzo de 1905, llegando a Tokio el 25 del mismo mes. En el continente, integrado en el ejército nipón, sólo quedó, como sabemos, el teniente coronel Sanchís, quien regresó a Tokio en junio debido a la enfermedad que padecía. El teniente coronel continuó en funciones de agregado militar en Japón, preparando los trabajos para la memoria que había de redactar como resultado de la campaña de Manchuria. Fue en esta ciudad donde recibió la noticia de su ascenso a coronel, por R.O. de 5 de junio, permaneciendo en Japón hasta que por R.O. de 19 de octubre cesó en dicho destino, pasando a la situación de excedente en la 1ª Región, lo que determinó su regreso a España. Pero con la salida de los agregados de Extremo Oriente no concluyeron los efectos de la estancia de nuestros militares en el continente asiático. Quedaban todavía los reconocimientos y recompensas, no sólo a los participantes en esta misión, sino a los que habían facilitado que la misma se desarrollara de la manera más adecuada posible. Curiosamente el primero de los militares japoneses condecorados por el gobierno español en razón de la asistencia a nuestros militares en aquel conflicto fue el general Fuyie, Jefe del Estado Mayor del 1er Ejército, al que se le concedió una Gran Cruz. Es de destacar que ese ejército no había tenido agregado militar español durante la contienda, y que simplemente había sido visitado por nuestros hombres en contadas ocasiones. Esta circunstancia determinó que el Estado Mayor General japonés remitiera una carta en la que se proponía a nuestro gobierno Revista de Historia Militar, 126 (2019), pp. 120-148. ISSN: 0482-5748


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