Page 36

RHM_126

SECESIÓN (1861-1865): LA GUERRA CIVIL AMERICANA EN LA ... 35 y cada golpe, cada convulsión de los parches, me atraviesa de parte a parte. Traen al hijo y al padre (ambos cayeron a la cabeza del encarnizado asalto: dos veteranos, el padre y el hijo, cayeron juntos, y la tumba doble les espera). Ya se acercan los clarines, y los tambores redoblan más convulsos, y ya casi no queda luz en las calles; la marcha fúnebre me envuelve. En el cielo, al este, flota y se mueve, luminoso, un vasto y doliente fantasma (es el gran rostro transparente de una madre, que brilla cada vez más en el cielo). ¡Oh, poderosa marcha fúnebre, me gustas! ¡Oh, luna inmensa, me consuela tu semblante de plata! ¡Oh, mis soldados! ¡Oh, veteranos que vais a ser enterrados! Lo que tengo también os doy. Revista de Historia Militar, 126 (2019), pp. 35-44. ISSN: 0482-5748 La luna os da luz, y los clarines y tambores os dan música, y mi corazón, oh, soldados míos, veteranos, mi corazón os da amor. Tras estos “Redobles de tambor”, Walt Whitman, devoto de la figura de Lincoln y conmocionado por su asesinato apenas unos días después de acabada la guerra que gracias a él se había ganado, se ve obligado a insertar un poemario entero dedicado al mandatario caído: “Recuerdos del presidente Lincoln”. Un poema fúnebre, famoso por la película El club de los poetas muertos -todo lector de mi época recordará a un soberbio Robin Williams declamándolo al final de la misma-, se adueña de la obra entera, elevándose como elegía central de la obra whitmaniana15 y quedando como modelo de oración a cualquier jefe, a cualquier líder que en cualquier tiempo o lugar haya sabido dirigir a su pueblo hacia la vitoria, cayendo en el empeño. Es O Captain! My Captain!, “¡Oh, Capitán, mi Capitán!”: 15 A pesar de no ser, ni de lejos, el favorito del autor: “Casi lamento haberlo escrito”, nos informa Enrique Moga en su estudio de Hojas de hierba publicado por Galaxia Gutenberg, p. 1531.


RHM_126
To see the actual publication please follow the link above