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LA GUERRA HISPANO-FILIPINA, 1896-1897 103 En los períodos constitucionales el pueblo filipino esperó en vano una nueva ley que le librara del sistema fiscal y de las prestaciones. No le eximió, pero las cargas se suavizaron entonces a todo el pueblo y se impusieron también a las minorías exentas en Filipinas: militares en activo, eclesiásticos, funcionarios de la administración municipal y española,27 maestros de escuela primaria, expendedores del monopolio, cantantes, porteros al servicio del clero (iglesias, parroquias y conventos), intérpretes de los juzgados, enfermeros y vacunadores, etc. Finalmente las contribuciones de los naturales y mestizos filipinos fueron suprimidas por Real Decreto de 6 de marzo de 1884, que estableció en su lugar el impuesto de cédula personal.28 Naturalmente, que este impuesto fuera aplicado a la minoría española (clero incluido) se recibió con alegría por el pueblo filipino, pero no por la comunidad eclesiástica al considerarlo ominoso. En cuanto a las prestaciones personales, éstas aparecieron legisladas el 6 de febrero de 1885 en la Gaceta de Manila. Eran obligatorias en ayuntamientos y organismos provinciales, para todo varón residente en Filipinas de 18 a 60 años de edad, tanto filipino como español (con 6 meses o más de estancia): 15 días de trabajo al año no consecutivos, en labores consideradas necesarias o urgentes por el alcalde mayor de la provincia y según la capacidad del contribuyente, en fechas que lo permitan las ocupaciones personales, lo más próximas a su domicilio, y siempre dentro del término municipal.29 Tal sistema de prestaciones irritó de sobremanera al pueblo filipino, pero aún más cuando cualquier autoridad de las órdenes religiosas solicitaba al gobierno de Madrid que se eximiera a los conversos al catolicismo, como sucedió por vida a todos los indígenas conversos de la provincia de Mindanao. Y por último los impuestos que generaban asimismo un gran malestar en la población indígena. Precisamente la revuelta obrera en la maestranza de Artillería del Arsenal de Cavite de 1872 (antecedente más cercano a la insurrección de 1896) se debió a la supresión del derecho de no tributar ni prestar servicios personales que habían tenido los obreros del Arsenal. Ante las protestas de los filipinos en el siglo XIX por los abusos de las prestaciones y del sistema tributario, se intentó la realización del tardío 27 Como excepción, los cabezas de barangay estuvieron siempre exentos durante 15 años. El barangay (en tagalog, casa o nave) era entonces un barrio. Hoy es la unidad menor de la administración local: pueblo, distrito o circunscripción. Las ciudades y municipios se componen de barangayes. 28 El R.D. del 6-03-1884 sobre las cédulas personales sufrió sucesivas modificaciones en: 1884, 1890, 1893 y 1894. 29 15 días de 8 horas de trabajo (4 en invierno). Se incluía el desplazamiento a media hora por kilómetro y 2 horas para comer). CASTELLANOS ESCUDIER, Alicia: Ob. cit., pp. 97-98. Revista de Historia Militar, II extraordinario de 2019, pp. 103-206. ISSN: 0482-5748


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