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20 LUIS MOLLÁ AYUSO modo alguno podían constituir una isla y aunque tanto el norte como el sur estaban por explorar, había visto ríos (el Orinoco y el Amazonas) con estuarios en su desembocadura de 250 kilómetros de ancho e islas en el propio delta que multiplicaban por 20 la extensión de la de Tenerife. Aunque no podía saberlo, imaginó que los ríos deberían tener una longitud de miles de kilómetros, que en alguno de sus tramos habían medido un ancho cercano a los doscientos kilómetros y que su caudal era tal que en su desembocadura podía beberse agua dulce. Waldseemüller quedó tan impresionado y agradecido que eliminó el nombre de Colombia que tenía reservado al continente en honor a Colón y lo rebautizó como América. La Universalis Cosmographia fue, pues, el primer mapamundi que mostró América como lo que es, un continente separado de Asia por una extensa lengua de mar. En 1513 el explorador extremeño Vasco Núñez de Balboa descubrió un mar al otro lado del nuevo continente. Así pues, había un océano más allá de la barrera que había detenido a Colón en su viaje a las Indias; la cuestión seguía siendo llegar a las Molucas antes que los portugueses y para ello era necesario descubrir el pasaje que uniera ambos mares, el del Norte, que era como se conocía en la época al océano Atlántico, y el del Sur, nombre con el que bautizó, por contraposición, Núñez de Balboa al nuevo mar que vislumbro allende las montañas de Panamá. A finales de 1514, poco antes de morir, Fernando II de Aragón, viudo ya de Isabel I de Castilla, recibió un informe de uno de sus espías en Lisboa según el cual los portugueses habrían encontrado el paso en el entonces llamado mar de Jordán, conocido hoy como el estuario del río de la Plata. El rey ordenó alistar tres carabelas ligeras para que partieran inmediatamente a investigar la posibilidad de alcanzar el Mar del Sur a través de aquel hipotético paso. Al frente de la expedición situó a Juan Díaz de Solís, que a su muerte en 1512 había relevado a Vespucio como piloto mayor de la Casa de Contratación. A pesar de los intentos portugueses de sabotear la expedición Solís zarpó de Sanlúcar de Barrameda en octubre de 1515, dirigiéndose a toda vela a su objetivo y descubriendo a su llegada al estuario un mar de agua inexplicablemente dulce que rebautizó como mar Dulce. Entonces descubrió la desembocadura de dos grandes ríos (Paraná y Uruguay) que trató de remontar hasta donde pudo. Decidido a no darse por vencido regresó al estuario y viendo unos indios en tierra desembarcó con alguno de sus hombres para preguntar. Para su mala suerte se trataba de guaraníes, indios de costumbres antropófagas que antes de que se dieran cuenta los habían capturado, desmembrado y comido ante los aterrados ojos del resto de la expedición, que regresó a Castilla sin poder dar a la reina Juana noticia fehaciente del paso y con un nuevo nombre para aquella desdichada lengua de agua: mar de Solís. Revista de Historia Militar, II extraordinario de 2019, pp. 20-46. ISSN: 0482-5748


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