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LA GESTA DE LA DEFENSA DE LA POSICIÓN DE BALER... 259 El 26 de junio, Novicio ordenó a los vecinos del pueblo abandonar con sigilo sus casas y dirigirse a las sementeras. Al día siguiente Baler amaneció vacío, confirmando todas las sospechas de que algo grave iba a ocurrir. El capitán De las Morenas, como militar más caracterizado, dio instrucciones para que el destacamento, la enfermería y el párroco se trasladasen a la iglesia, el edificio más a propósito para lo que se avecinaba, y trasladar los pertrechos con los que habrían de afrontar el asedio, víveres, munición, material de la enfermería, herramientas y 60 cavanes de palay que el padre Carreño había comprado a unos mercaderes de Bongabong. Sin otra novedad que cuatro deserciones4 pasaron los días hasta la descubierta del día 30, cuando el teniente Martín y 14 soldados sufrieron una emboscada cerca del puente de España en la que resultó herido grave en el pie izquierdo el cabo Jesús García Quijano. Ante la superioridad numérica del enemigo se replegaron y consiguieron llegar a la iglesia. Comenzaba así el Sitio de Baler. El atrincheramiento de la iglesia de Baler. Desde inicio del sitio a diciembre de 1898 Los primeros días, ambos bandos se dedicaron a prepararse. Esta planificación será fundamental para entender las intenciones y posibilidades de cada parte, así como las pautas que marcarán el desarrollo del asedio. El teniente Alonso, junto a varios soldados, acometió los trabajos de fortificación orientados a impedir un hipotético asalto a la iglesia. Esta (ver plano), era un edificio de planta rectangular (30m x10m) sólidamente construido con muros a base de guijarro, cal y arena, de 1,5 m. de espesor, con un techo de cinc a dos aguas rematado frontalmente por un campanario. Adosadas a la iglesia se encontraban la vivienda del párroco -convento- y la sacristía. Al convento se accedía desde el exterior por una puerta que se tapió y, desde la sacristía, por otra que se reforzó con una trinchera en ángulo por la que solo se entraba de uno en uno. Las partes del convento construidas en madera se derribaron, dejando en pie las paredes de mampostería, estas, de dos metros de altura dieron forma a un corral de 5m x 5m, separado de la iglesia por otro patio de 2mx10m, que en realidad era el espacio formado por el derribo de la escalera y el pasillo que conectaba la sacristía con el convento. 4 El 27 los dos sanitarios indígenas, cabo Alfonso Suk Forjas y sanitario Tomás Paladio Paredes junto al soldado Felipe Herrero López. El 29 el soldado Félix García Torres. Revista de Historia Militar, II extraordinario de 2019, pp. 259-300. ISSN: 0482-5748


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