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260 LÓPEZ DE LA ASUNCIÓN y LEIVA RAMÍREZ Plano de la iglesia Las ventanas5 se sellaron con maderas, mantas y sacos terreros, dejando una estrecha aspillera para el fusil del centinela que se situaba sobre una fila de cajones a 1,5 m de altura. Las puertas -una principal orientada al sur y otra al este- se reforzaron y terraplenaron. La sacristía, el coro y la torre del campanario construidas en madera, se reforzaron con tablones y sacos terreros. En la sacristía, se construyó interiormente otra pared, rellenándose de arena el espacio entre ambas hasta 1,5 m. de altura. Se abrieron troneras al exterior de la sacristía y el baptisterio y también en el muro del patio para la protección del pozo. En cada ventana o apertura había un centinela y rondas cada 5 minutos. En el campanario había 2 puestos de centinela, turnándose solamente los mejores tiradores del destacamento6. Era la posición más estratégica de la defensa ya que su altura permitía batir todo el perímetro y la zona desenfilada de la trinchera filipina. 5 Las de la nave estaban a más de 3 metros de altura, lo que suponía una protección adicional. 6 En el Diario de Operaciones, el teniente Martín nombra a los soldados Eustaquio Gopar Hernández, José Hernández Arocha, José Martínez Santos, Ramón Boades Tormo, Ramón Mir Brils, Timoteo López Lario, Felipe Castillo Castillo, Eufemio Sánchez Martínez y Sanitario Europeo Bernardino Sánchez Caínzos, «que con sus certeros disparos causaban el terror del enemigo, siendo por sus buenas cualidades y subordinación los mejores soldados del destacamento ». Manila 10 de julio, 1899. Revista de Historia Militar, II extraordinario de 2019, pp. 260-300. ISSN: 0482-5748


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