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294 LÓPEZ DE LA ASUNCIÓN y LEIVA RAMÍREZ Obregón, cuyos restos fueron exhumados y trasladados desde el cementerio municipal de Buenache de Alarcón en noviembre del año 2000, siendo el de Administración Militar el último de los allí sepultados. El monumento presenta gran fortaleza, la misma que tuvieron los que allí alberga. En ambos laterales y en grandes letras, las frases «Honor a los hombres inmortalizados por una muerte heroica» y «Muriendo por ti España, cumplimos nuestro deber» engrandecen en piedra el sacrificio de los allí enterrados. En la parte posterior, un listado de nombres, entre los que aparecen el comandante Enrique de las Morenas y el primer teniente Juan Alonso Zayas y que culmina con «R.P. Cándido Gómez Carreño y soldados ». Sí, efectivamente, un escueto «y soldados» pone fin a la inscripción. El visitante del mausoleo lamentablemente no encontrará tan siquiera una pequeña inscripción con los nombres de aquellos soldados que dieron tan generosamente su vida durante el sitio de Baler. Parece como si cediesen generosamente con esta ausencia su protagonismo al resto. En las siguientes líneas rememoraremos a aquellos soldados que, con su firme propósito de cumplir con el compromiso que habían tomado con España, hicieron posible que se conmemore en estos días el 120 aniversario de la finalización de la defensa de la posición de Baler: −− Comandante Enrique De Las Morenas y Fossi. Ascendido a comandante a título póstumo, se hizo acreedor de la Cruz Laureada de San Fernando45 por la defensa de la posición de Baler. Nació en la localidad gaditana de Chiclana de la Frontera el 23 de mayo de 1855. Veterano de la III Guerra Carlista, participó en el levantamiento de varios asedios, entre ellos el de la Seo de Urgel. Pertenece al Batallón de Cazadores Expedicionario nº. 9, llegando a Baler como comandante político militar. Su experiencia marca los tempos del asedio, no carentes en determinadas situaciones de un cierto tono irónico, llegando a responder con toques de superioridad los ultimátum del enemigo. Muere de beriberi en brazos del soldado Pedro Vila el 22 de noviembre de 1898. Su viuda, Carmen Alcalá, jugará un papel trascendente en la apertura del expediente para la concesión de la Laureada y en la gestación de la idea de repatriación de los restos. −− Teniente Juan Alonso Zayas. Es uno de los grandes olvidados. Nace en San Juan de Puerto Rico el 10 de diciembre de 1868. Tras hacerse necesaria en las Campañas de Cuba y Filipinas la incorporación de oficiales procedentes de la clase de sargen- 45 DOMG. R.O. de 5 de marzo de 1901 (D.O. n° 51). Revista de Historia Militar, II extraordinario de 2019, pp. 294-300. ISSN: 0482-5748


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