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LA DEFENSA DE LA SOBERANÍA ESPAÑOLA EN FILIPINAS... 55 generales como Clavería, Urbiztondo y Norzagaray y más tarde por Malcampo y el marqués de Novaliches. Estas actuaciones serían continuadas con mayor fuerza por generales como Moriones, Terreros, Weyler o Blanco hasta finalizar el siglo. Estas operaciones permitieron reducir en mucho la extraordinaria capacidad para realizar incursiones y ataques que tenían los moros, avanzándose poco a poco en la pacificación. Hay que tener en consideración que en las Filipinas los moros no eran el único frente abierto con el que tenían que bregar las escasas fuerzas peninsulares y nativas de mar y tierra que guarnecían la colonia. Estaba también el permanente problema de los tulisanes (bandidos), operaciones en el norte de Luzón, en Visayas, en la isla de Negros, las insurrecciones de chinos y tagalos, ir a los destacamentos de Carolinas y Marianas, cuando no a contener una revuelta en estas lejanas islas, etc.. Todo esto hacía que los soldados con destino en Filipinas desarrollasen una actividad bélica, que por desconocida, no deja de ser en buena medida comparable en algunas de sus facetas a la desarrollada por los tercios de españoles en Flandes16. Estas amenazas a la soberanía española se verán incrementadas con los ya citados problemas diplomáticos con otras naciones europeas como el contencioso hispano-británico-alemán relativo a la soberanía española sobre el norte de Borneo y Joló que se produce entre 1873 y 1885, al que seguirá, inmediatamente, el pleito hispano-alemán por la soberanía de las islas Carolinas en 188517. Estas crisis lograron que en Madrid se reparase en que se poseían unas ricas y codiciadas colonias en el Pacífico, aunque ya era demasiado tarde para afrontar con éxito una política defensiva preventiva eficaz, por muchas décadas olvidada, en relación a las posesiones españolas en Asia y que alejase a aquellos que deseaban que estas colonias cambiasen de manos. Muy poco tiempo iba a tener que pasar para que se abriesen las primeras crisis de redistribución colonial hasta llegar a la mayor de ellas a nivel global que fue la I Guerra Mundial. El ciclo bélico 1895-1898 culminará con el inevitable choque armado hispano-norteamericano que, contra toda previsión por parte de las autoridades españolas, el gobierno de Washington no sólo emprenderá para anexionarse Cuba, sino que extendería sus operaciones militares a Puerto Rico, Filipinas y algunas islas del Pacífico. España siempre sintió la amenaza norteamericana 16 Vid. ALBI DE LA CUESTA, Julio: De Pavía a Rocroi, Balkan, Madrid 1999. 17  Vid. ELIZALDE, M.D.: España en el Pacífico. La colonia de la islas Carolinas 1885-1899, Madrid, CSIC, 1992; Corral, C. y Díaz de Cerio, F.: La mediación de León XIII en el conflicto de las Islas Carolinas; Togores, L.E.: “Conflictos con Inglaterra a propósito de la isla de Borneo” en Estudios sobre Filipinas y las Islas del Pacífico, Madrid, AEEP, 1989. Del mismo autor La Acción Exterior de España en Extremo Oriente, 1830-1885, UCM, Madrid 1991. Revista de Historia Militar, II extraordinario de 2019, pp. 55-86. ISSN: 0482-5748


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