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Revista_Ejercito_946

67 conmemoraciones de aniversarios, la guerra y los soldados han atraído el interés de los historiadores, lo que ha proporcionado un impulso a las investigaciones sobre la historia militar al reconocer que las guerras y los soldados forman una parte constitutiva de las sociedades modernas y la han abierto al estudio de las bases económicas, la estructura social y la organización administrativa, hasta llegar a una socialización de la historia militar. Durante toda la Edad Antigua, el estudio de las campañas de los grandes generales fue clave para la trasmisión del saber. La culminación de este proceso fue la obra de Vegecio De Re militari, que constituye una recopilación exhaustiva de toda la ciencia militar de la Antigüedad. Dentro de los estudios clásicos es muy destacable la aportación de autores españoles del siglo xvi que estudiaron sus experiencias en la guerra de Flandes a la luz de los textos clásicos, entre la que destaca Alonso de Londoño. Tras las guerras napoleónicas y la importancia dada por Napoleón al estudio de los clásicos, particularmente a César, Jomini, en 1838, distinguió tres formas de historia militar: la primera, relatar analíticamente una batalla; la segunda, del análisis de una batalla obtener normas de validez general del llamado arte de la guerra; y la tercera examinar la guerra de un modo más amplio, asociando los factores militares a otros políticos o sociales. A lo largo de los siglos xix y xx triunfó la segunda opción gracias a Clausewitz, que incidió en la búsqueda del valor pedagógico de la historia militar. Tras el paréntesis posterior a la Segunda Guerra Mundial, la renovación de la historia militar se inicia con Michael Roberts y su obra The Military Revolution, en la que apostó por la implantación de una nueva disciplina que trataría las estructuras militares, la logística y las relaciones con los civiles. Con posterioridad, se introducen nuevas corrientes de investigación (Corvisier, Le Soldat) centradas en el individuo. Actualmente vivimos una eclosión del interés por la historia militar que abarca desde el mundo académico, en el que muchas universidades la han incluido en sus programas docentes, hasta el editorial, con multitud de ediciones, a la que se añade una fuerte presencia en los medios de comunicación. La utilidad militar de la historia viene dada por sus efectos sobre la moral, la comunicación y los conocimientos UNA ALIADA INFLUYENTE La utilidad militar de la historia viene dada por sus efectos sobre la moral, la comunicación y los conocimientos. Ese elemento intangible que afecta decisivamente a los conflictos, la moral, descansa en buena parte en el conocimiento de los hechos que forjaron la tradición militar de los pueblos. «La historia es motivadora de los pueblos e instrumento de legitimización para los dirigentes» (B. Tertrais, La venganza de la Historia). El artículo 21 de las Reales Ordenanzas es absolutamente claro al respecto: «Los miembros de las Fuerzas Armadas se sentirán herederos y depositarios de la tradición militar española. El homenaje a los héroes que la forjaron y a todos los que entregaron su vida por España es un deber de General Antoine Henri Jomini


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