HIISTORIIA PARACAIIDIISTA hacia los sardos, pero entonces, de entre el humo, que ya se iba disipando, aparecieron 500 jinetes que los pusieron en fuga; regresando a la posición de partida muy maltrechos y completamente fatigados. El batallón piamontés avanzó y lanzó descargas sobre los franceses hasta poner en retirada ese regimiento. La línea se había roto y la victoria del rey Carlos Emanuel estaba cerca. El marqués de la Mina mandó a sus escuadrones de Dragones de Frisia y Pavía a cubrir la línea francesa. Su acometividad y bravura hizo retroceder a los piamonteses y, echando pie a tierra, los dragones recompusieron la línea que no se volvió a romper. El príncipe Contí avanzó con la caballería francesa, pero la artillería enemiga hizo que retrocedieran. El francés le propuso al español un ataque frontal con toda la caballería, pero el marqués de la Mina, sabiendo que no era una buena decisión y antes de sacrificar a toda la caballería, decidió reconocer el flanco derecho enemigo, entrando por el hueco entre este y el río. El propósito era envolver al enemigo y sorprenderlo por retaguardia para aliviar el continuo hostigamiento que se estaba recibiendo sobre la Madonna del Olmo. El conde de Pezuela encomendó la misión a los Dragones del Lusitania. Desviándose a la izquierda y conforme avanzaba, el Regimiento fue abriendo filas para abarcar el mayor frente posible. La noche había caído, por lo que la dificultad de la maniobra era ingente. El Lusitania avanzó hacia la única señal visible que podía guiarles, el incesante fuego que se concentraba alrededor de la Madonna. Al irse acercando al enemigo, fueron descubiertos por los piquetes que protegían el frente de los escuadrones piamonteses, que dispararon hacia lo que adivinaban moverse. Los dragones, percatándose de su situación, se dividieron para ampliar la zona a reconocer, pasando un núcleo a desviarse hacia el río. Estos pronto fueron detectados por la caballería sarda que protegía la separación de las dos líneas piamontesas, los cuales se desplazaron para cerrar el camino a la retaguardia propia, preparándose para enfrentar la desconocida amenaza. 72 Foto superior: orden de uniformidad que regula la calavera y las tibias como emblema Lusitania Foto superior: Estandarte del Lusitania con la corbata negra, distinción obtenida por su actuación en esta batalla
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