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Dracevo. Plana Mayor de la Bandera Ortiz de Zarate, Centro de Transmisiones y camión con terminal satélite Inmarsat (SEP 93) Es más, durante el período de la AGT Madrid, Naciones Unidas se empezó a hacer cargo de la financiación de la misión española en Bosnia-Herzegovina; si no lo hizo antes, en parte, fue debido al desconocimiento de los procedimientos de Naciones Unidas y, sobre todo, al segundo factor mencionado, que trataré a continuación. La innecesaria urgencia por dar unos números sobre la fuerza que se iba a emplear, unido al escaso tiempo que se dedicaba en las escuelas militares a la formación de los mandos en la gestión logística, quizás pudo hacer que se diseñase la fuerza que emplear con falta de rigor, al prevalecer la dimensión de las unidades de maniobra sobre las unidades de apoyo logístico y sobre lo que ahora denominaríamos capacitadores, como los equipos de desactivación de explosivos (EDEX, hoy EOD) o el personal que debería haber estado en la división de logística (G4) del cuartel general de la misión UNPROFOR desde un primer momento. Como expuso el general don Francisco Javier Abajo Merino en esta revista4, «se comenzó con un número “redondo” de 300, que fue elevándose durante la propia fase de concentración del contingente hasta superar los 700, al asumirse una necesaria 60  /  Revista Ejército n.º 947 • marzo 2020 autonomía logística (más tarde llegarían a los 1300)». CONDICIONANTES LOGÍSTICOS DURANTE LA OPERACIÓN En el primer artículo publicado se citaban varios factores que condicionaron la maniobra logística durante el período en el que desempeñó la misión de ayuda humanitaria la AGT Madrid (septiembre de  1993-abril de 1994). A los que antaño estuvieron prestando servicios en aquella época de Bosnia Herzegovina les resultarán muy familiares muchas de las particularidades logísticas que en este artículo se cuentan; a los jóvenes militares que hogaño desempeñan misiones de paz en los cuatro continentes donde las Fuerzas Armadas españolas ocupan los puestos de mayor riesgo y fatiga algunas de ellas les podrán resultar, cuando menos, desconocidas. Por ello, considero necesario ponerles en antecedentes sobre los sistemas, materiales o doctrinas que en aquellos momentos se podían utilizar o emplear en las operaciones de mantenimiento de la paz (OMP). Hoy en día, ¿quién no tiene un teléfono móvil?, ¿quién no ha utilizado nunca un navegador?, ¿quién no tiene como herramienta de trabajo un ordenador, portátil o de columna, cifrado o no? En la época en la que participó la AGT Madrid existían muy pocos teléfonos celulares (la mayoría de los Motorola existentes en la zona, grandes, pesados y caros, los utilizaban los observadores militares de Naciones Unidas). No sería hasta junio de 1997, durante el ejercicio del cuerpo de ejército europeo Cobra 97, en la región de Zaragoza, que el Ejército de Tierra utilizó con profusión los teléfonos móviles para el control de los movimientos, principalmente por carretera, desde el primer centro de coordinación de movimientos en territorio español (CECOTES), que se estableció para tal fin (el problema residió en la carga y recarga de las baterías, ya que en los vehículos de entonces no existía la posibilidad de cargarlas. La solución,


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