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Revista de Historia Militar 118

LA RELACIÓN COSTE/EFICACIA EN LA DEFENSA DE LA ESPAÑA IMPERIAL 137 las valencianas94 . En el norte de África, figura Orán, pero no Bujía, ni La Goleta, perdidas en 1555 y 1574 respectivamente. Al mantenimiento de dichos recintos se destinaban 50.00 ducados, mientras que el coste del armamento ascendía a otros 100.000. De especial importancia son las fortalezas mediterráneas, lo cual tiene su lógica pues, aunque los infieles habían sido expulsados, la frontera se había trasladado a la línea costera95. Sobre estas guarniciones litorales, junto a las atalayas y torres de vigilancia, la Corona estableció la primera línea defensiva, base de la defensa terrestre de los reinos peninsulares integrados en la monarquía hispánica. Solo la fortificación de Larache -en la actual costa de Marruecos- después de su ocupación en 1610 se estimó en torno a los 137.000 ducados96. Extrapolar esa cantidad a todas las defensas costeras fortificadas o reforzadas en los siglos XVI y XVII nos daría una cantidad desorbitada e inasumible no solo para el imperio de los Habsburgo sino para cualquier Estado de la época. Asimismo, hay que sumar el gasto de las Guardas de Castilla, que dispuso en el momento de su fundación de 25 compañías compuestas cada una de ellas por un centenar de hombres, que se repartían en tres zonas, Castilla- León, el reino de Granada y el Rosellón, siendo su cometido la defensa y vigilancia de los reinos peninsulares97. Con motivo de la reforma militar de 1525 se decía que estaba formada por 1.600 hombres de infantería y 1.000 de caballería, sumando un total de 2.600 efectivos que costaban anualmente 176.000 ducados98. Con Felipe II ampliaron su cometido a la defensa de todos los reinos peninsulares, disponiendo a finales del siglo XVI una cantidad similar de soldados, exactamente 2.619 hombres que se repartían entre 22 compañías. Su coste ascendía, incluyendo tropas y mandos, a un total de 94 En Granada y Almería sorprenden la ausencia de las fortalezas, alcazabas o presidios de Almería, Motril, Salobreña o Almuñécar, mientras que en Valencia se echan en falta algunas claves como las de Alicante, Villajoyosa, Cullera y Peñíscola. Sobre el caso granadino véase el trabajo de JIMÉNEZ ESTRELLA: Ejército permanente y política defensiva…, pp. 579-610. Mientras que sobre el valenciano puede verse el completo trabajo de PARDO MOLERO, Juan Francisco: “El Reino de Valencia y la defensa de la Monarquía en el siglo XVI” en Guerra y sociedad en la Monarquía Hispánica, política, estrategia y cultura en la Europa moderna (1500-1700), T. I, Enrique García Hernán-Davide Maffi, edts. Madrid, 2006, pp.611-650. 95 JIMÉNEZ ESTRELLA: Ejército permanente y política defensiva… , p. 579. 96 Consulta del Consejo al marqués de San Germán, Madrid, 8 de febrero de 1611. AGS, Estado 2641, doc. 25. 97 MARTÍNEZ RUIZ: El ejército de los Austrias… , p. 8. CLARO DELGADO: Ob. Cit. , p. 294. 98 Esta Ordenanza de 1525, compuesta por 82 capítulos, trataba de modernizar la de 1503 que había quedado superada. MARTÍNEZ RUIZ, Enrique y PI CORRALES, Magdalena de Pazzis: “Un ambiente para una reforma militar: la ordenanza de 1525 y la definición del modelo de ejército del interior peninsular”, en Studia Histórica, Historia Moderna Nº 21. Salamanca, 1999, pp. 193. Revista de Historia Militar, 118 (2015), pp. 137-146. ISSN: 0482-5748


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