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Revista de Historia Naval 131

ÍñIGO BERNAOLA MARTÍN ocasiones ante el Directorio, lo que le convirtió en un personaje incómodo al que, por añadidura, el órgano ejecutivo francés acusaba de haber colaborado, a través del embajador en París, con moderados y monárquicos durante los sucesos golpistas del 18 Fructidor. Paradójicamente, ante la opinión pública y popular española, muy católica, Godoy simbolizaba por el contrario la alianza con la Francia republicana, que acababa de invadir los Estados Pontificios y proclamar la República Romana el 7 de marzo de 1798, hecho que Godoy ni siquiera pudo contrapesar con el engrandecimiento del ducado de Parma (62). Así las cosas, el 28 de marzo caía el secretario de Estado, que era sustituido por Francisco de Saavedra, quien ocuparía el despacho desde el 30 de marzo hasta el 22 de octubre de 1798. Para la Armada, este lapso entre 1796 y 1805 sería un largo período de paralización. Interrumpido el comercio con las Indias por los permanentes ataques de la flota inglesa, y endeudado el Estado para hacer frente a la situación de guerra, prácticamente no se construirá ningún navío —el último fue de línea botado en junio de 1798—. Los buques habrán de proveerse de suministros y repuestos mediante el trueque recíproco. «Faltan los repuestos y Mazarredo recurre a la “canibalización” de su escuadra, desarmando algunos buques para armar otros» (63). En contraste, el gobierno británico no escatimaba dinero para la Royal Navy, cuyos barcos se hallaban siempre en perfecto estado, servidos por nutridas tripulaciones e integrados en escuadras comandadas por almirantes de la talla de Nelson, jervis, Collingwood o Calder. Así pues, Mazarredo, consciente de la desventaja, procurará evitar cualquier enfrentamiento, buscando siempre refugio en Cádiz, Cartagena (64) o, a partir de la unión de ambas escuadras, Brest. Urquijo. Una alianza de recelos y ayuda mutua frente al enemigo británico Francisco de Saavedra ocuparía la Secretaría de Estado desde el 30 de marzo. Con ello se satisfacía la demanda francesa de un cambio en el gobierno del órgano, pero sin que ello llevará aparejado ningún cambio en la política exterior, ni en las directrices fundamentales en las relaciones con el Directorio. La salud de Saavedra se resintió pronto por este cúmulo de responsabilidades, que le provocarán en agosto un ataque que le dejó sin habla ni facultades para continuar (65), hasta el punto de que Mariano Luis de Urquijo hubo de ser habilitado por Carlos IV para que firmara en lugar del enfermo. Urquijo fue nombrado secretario de Estado interino en febrero de 1799, como gesto del rey de rechazo contra las presiones ejercidas por el Directorio para que (62) LA PARRA LóPEZ, E.: Manuel Godoy…, pp. 200-217. (63) MERINO NAVARRO, j.P.: La Armada en el siglo XVIII. Fundación Universitaria Española, Madrid, 1981, pp. 140-141. (64) CEPEDA GóMEZ, j.: «El almirante Mazarredo…», p. 69. (65) ROMERO PEÑA, A.: «Mariano Luis de Urquijo...», p. 58. 26 REVISTA DE HISTORIA NAVAL Núm. 131


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