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Desde el año 1942 confiaba en suministrar al Ejército del Aire el simulador de vuelo que había diseñado, con la expectativa de poder venderlo en otros países. Todo se solucionó favorablemente para sus intereses aunque al revés, primero exportó los simuladores y, poco después, fueron adquiridos por el Ejército del Aire. LOS SIMULADORES A mediados del año 1942, el Agregado Aéreo alemán se interesó por Fernando Pons y su proyecto relacionado con la fabricación de simuladores de vuelo. El contacto con Pons le fue encomendado al doctor Weis14, uno de los agentes la III Sección de la Abwehr15 cuya residencia en Madrid se ubicaba en un lujoso chalet (en alquiler) de la calle María de Molina esquina a Claudio Coello. Las negociaciones entre el doctor Weis y Pons dieron lugar a numerosos encuentros entre ellos, culminando en la exportación de los simuladores a Alemania. Por este motivo Pons era persona bien conocida, tanto en la Embajada alemana como en la residencia de la Abwehr, en cuyos círculos era considerado un buen amigo y más aún, conscientes de su enorme valía, los alemanes trataron de captarle para que trabajara en exclusiva para ellos. Fernando Pons, que estaba ya en Iberia y tenía grandes proyectos para desarrollar en su empresa QBI, declinó amablemente la oferta alemana pero, con motivo de los numerosos encuentros que mantuvo con el personal de Abwher, se cruzó con una encantadora joven alemana que alteraría el rumbo de su vida. Ingeborg Reppert nació en Hildesheim, un bonito pueblo cerca de Hannover en la Baja Sajonia. Durante el bachillerato estudió inglés, francés y español hasta que, residiendo en Berlín, al inicio del año 1943 se presentó a examen para acceder a un puesto de intérprete de español en la Embajada de Alemania en Madrid, resultando elegida. Pero no trabajó en la Embajada, ya que fue destinada a la oficina de la sección IIIª de Abwher, en el lujoso chalet que la organización tenía en régimen de alquiler. En la entrevista personal mantenida con la Sra. Ingeborg, con la excepción de comentar que su superior, Weis, estaba obsesionado por el destino de la V-2 de von Braun, o que la Embajada mantenía un servicio de economato para sus empleados con víveres que ad- Fichas y notas obtenidas en el 11º curso de Tripulantes de Avión de guerra desarrollado en la Base de Jerez a finales del año 1939. (Foto cortesía Ingeborg Reppert) Título de piloto de avión de guerra firmado por el general Fernando Barrón, que fue Subsecretario con el Ministro Yagüe. (Foto cortesía Ingeborg Reppert) 101


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