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84 CARLOS JOSÉ HERNANDO SÁNCHEZ jeque local, la guarnición se asentó pacíficamente en el enclave tunecino y logró asegurar durante un tiempo la defensa de Sicilia. La correspondencia entre la actuación de la Monarquía en Italia y en el Norte de África se vio confirmada en 1497 cuando, tras la firma de una tregua con Francia el 25 de febrero, se emprendió la campaña de Melilla en septiembre del mismo año, a cargo del duque de Medina Sidonia142. Como confirmación de ese proce-so de asimilación geoestratégica, el tratado de Chambord/Granada en 1500 con Luis XII de Francia selló el reparto del reino de Nápoles y manifestó el inicio de una política española abiertamente expansiva en el Mediterráneo143. De hecho, el tratado se vio acompañado por un intento de delimitación de las zonas de actuación en la cruzada antiotomana, según el cual a España le corresponderían el Norte de África e islas adyacentes mientras Francia se centraría en los Balcanes144. Tales designios se formulaban en consonancia con una oleada de milenarismo que brindó la cobertura ideológica a los Re-yes Católicos y al Rey Cristianísimo, con la bendición del papa Alejandro VI, para destronar a Federico de Nápoles145. En una primera fase, la cruzada se puso en práctica al estallar una nueva guerra entre Venecia y el sultán de Constantinopla que permitió a Francia y España movilizar sus fuerzas en el Mediterráneo para acudir en auxilio de la Serenísima, mientras se desarrollaba una nueva ofensiva diplomática con los mamelucos de Egipto. Finalmente solo los Reyes Católicos hicie-ron efectiva su respuesta al llamamiento del Papa para defender la frágil frontera marítima de la Cristiandad. En junio de 1500 una gran armada de cincuenta y cinco navíos al mando del que ya era conocido como el Gran Capitán tras la primera campaña napolitana zarpó rumbo a Mesina. Gonzalo escribió a los reyes: “pueden creer Vuestras Altezas que es la más hermosa armada de navíos y de gente y artillería que nunca de España salió”146. Su segundo desembarco siciliano se convirtió en el inicio de una gran empresa cuyos objetivos permanecían abiertos, ya que se pensó tanto en un ataque contra Trípoli como en el Mar Jónico. El Rey Católico optó por restablecer el control de la República de San Marcos sobre el Estrecho 142 Vid. Bravo Nieto, Antonio, “Melilla en la política africana de los Reyes Católicos”, en El Gran Capitán y la España de los Reyes Católicos (Catálogo de la exposición celebrada en Melilla en 2004), Ed. Exposición El Gran Capitán y la España de los Reyes Católicos, Cór-doba, 2004, pp. 7-16. 143 Vid. Suárez Fernández, Luis, “1500: un giro radical en la política de los Reyes Católicos”, en En la España Medieval, V, t. II, Universidad Complutense, Madrid, 1986, pp. 1249-1265. 144 Vid. Suárez Fernández, Luis, “Política mediterránea”, pp. 220-221. 145   Vid. Hernando Sánchez, Carlos José, El reino de Nápoles en el Imperio de Carlos V…, pp. 52-56. 146 En Torre, Luis de y Rodríguez Pascual, Ricardo (ed.), “Cartas y documentos relativos al Gran Capitán”, Revista de Archivos Bibliotecas y Museos, 34, 1916, p. 307. Revista de Historia Militar, II extraordinario de 2015, pp. 45-114. ISSN: 0482-5748


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