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REVISTA DE HISTORIA NAVAL 133

AGUSTíN PACHECO FERNÁNDEz La Armada según el reglamento de 1738 EN diciembre de 1737, el secretario del Almirantazgo presentaba a Felipe V, para su aprobación, el «Reglamento General de la Marina», por el que se fijaba «la calidad y cantidad de buques de guerra de que se ha de componer la Armada de España» (2). En el primer artículo de los cinco de que constaba dicho reglamento se señalaba: «… los navios, fragatas, bombardas, y paquebotes que se consideran suficientes y proporcionados á los destinos ordinarios y extraordinarios (…)», quedando la cantidad establecida en «60 buques de guerra». No se incluían en dicho número los tres navíos y fragatas de que se componía «la Armada del Mar del Sur». Continuaba el artículo reseñando que, de acuerdo con los barcos existentes en esos momentos, faltaban cuatro para llegar a los sesenta establecidos, pero como el rey había resuelto que se construyeran «dos navios en la Habana y una fragata en el Ferrol en cada año (…) con el de poco tiempo se podrá lograr lo que se desea». La construcción del Glorioso El 5 de agosto de 1737, el rey ordenaba «que en cada año se construyan en la Habana dos vajeles (…) de setenta cañones que son los que se consideran necesarios para mantener el presente pie de Armada» (3). El 16 de septiembre, el entonces secretario del Rey y del Almirantazgo, Zenón de Somodevilla, comunicaba la nueva resolución al intendente de Marina de Cádiz, a quien instaba a informar al constructor, Ciprián Autrán, sobre la misma. Le indicaba, además, que cualquier comunicación hecha al astillero de La Habana sobre este asunto debería remitirla por sí mismo, y que resultaba indispensable advertir al asentista, juan de Acosta, de que «en los Navios de 70 Cañones concurran todas las Calidades que se requieren para su mayor fortificacion». No obstante, se le prevenía de que, debido al «delicado» temperamento del constructor habanero, cualquier advertencia de carácter técnico debía ser notificada sin que sospechara «que otros Constructores le an émmendado la plana» (4). La orden de ejecución la materializaría Ensenada dos semanas después mediante sendas cartas remitidas a juan Antonio de Vizarrón, arzobispo de México y virrey de Nueva España; al constructor juan de Acosta, y al comisario de Marina de La Habana, Lorenzo de Montalvo. En octubre de 1738, en el astillero de La Tenaza (La Habana), se iniciaban las obras de dos navíos de guerra de setenta cañones, que serían conocidos (2) Archivo del Museo Naval de Madrid (AMNM), Ms. 472, pp. 37-51. El reglamento, fechado en el palacio del Buen Retiro el 22 de diciembre de 1737, constaba de 29 páginas, anverso y reverso. Fue aprobado por el rey el 1 de febrero de 1738. (3) Archivo General de la Marina Don Álvaro de Bazán (AGMAB), leg. 7191, 1737. (4) Archivo General de Simancas (AGS), Secretaría de Marina (SMA), Arsenales, leg. 307. Carta de Ensenada a Varas, 16 de septiembre. 10 REVISTA DE HISTORIA NAVAL Núm. 133


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