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Sanid. mil. 2016; 72 (2)  103 Tumoración en la pared abdominal Figuras 1 y 2. Imágenes de ecografía en la que se aprecia la tumoración. de los casos). Otros signos posibles son la equimosis de pared abdominal, náuseas, vómitos, irritación peritoneal y fiebre5. Para el diagnóstico por imagen se emplea la ecografía que resulta una técnica rápida y que no expone a radiación al paciente pero con una sensibilidad, según las series de entre el 70-90%. La tomografía computarizada ofrece una sensibilidad del 100% y cuenta con la ventaja de poder confirmar la presencia o no de sangrado activo y diagnosticar otras complicaciones concomitantes como la presencia de isquemia mesentérica o la rotura de un aneurisma abdominal6-8. Es preferible un manejo conservador para los pacientes estables, que incluye la retirada de la anticoagulación, la corrección de la coagulopatía si la hubiera, la reposición volumétrica y el resto de medidas de soporte9-10. La arteriografía es capaz de identificar la ubicación exacta del vaso responsable, una limitación probable en la cirugía, por lo que la embolización mediante esta técnica es una terapia aplicada para aquellos casos con hematomas en progresión o cuando no se controle la situación con medidas conservadoras11-12. La cirugía incluye la evacuación del hematoma y la ligadura del vaso epigástrico involucrado aunque, para la mayoría de autores, los procedimientos quirúrgicos deben reservarse para aquellos casos que no respondan al tratamiento conservador y/o embolizador, hematomas expansivos, pacientes con inestabilidad marcada no controlable, aparición de necrosis muscular o síndrome compartimental puesto que conllevan un aumento de la morbimortalidad especialmente en pacientes ancianos con comorbilidades10, 13. El pronóstico suele ser favorable si se realiza un diagnóstico y tratamiento precoz. Las mayores tasas de mortalidad se han observado en hematomas de gran tamaño y en el grupo de pacientes con edad avanzada. En ocasiones, puede presentar complicaciones graves como infección, insuficiencia renal aguda, síndromes coronarios, shock hipovolémico, mionecrosis o isquemia intestinal, cuya presencia ensombrece el pronóstico14-15. Se han observado recurrencias hasta en un 1,6% especialmente ligado al reinicio de la terapia anticoagulante5. En el caso que presentamos, tras consultar con el Servicio de Cirugía, se indicó tratamiento embolizador urgente, que se Figuras 3-8. Distintos cortes de TC abdominal.


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