vecinos y, por supuesto, «proteger a la Unión y a sus ciudadanos». Tras mostrar el firme apoyo de nuestro país al plan, María Dolores de Cospedal resumió en rueda de prensa los cuatro principios básicos en los que se debe basar la construcción de la política común de seguridad y defensa: «La cooperación entre la OTAN y la UE, la inclusividad, la solidaridad y la conjunción entre ambición y realismo«. «Una Europa fuerte en Defensa —insistó la ministra española— necesita unas capacidades militares sólidas, coherentes con nuestro nivel de ambición y que estén a disposición de la UE, de la OTAN y de las naciones». Tras la reunión, los titulares de los 28 socios vieron con buenos ojos la propuesta de establecer un fondo que permita financiar la investigación, el desarrollo y la innovación en el sector de Defensa. En este sentido, los ministros han aprobado incrementar el actual presupuesto de la Agencia Europea de Defensa (no se hacía desde el 2010). También acordaron trasladar al Consejo de diciembre la aprobación definitiva de una estructura de mando que pueda coordinar todas las misiones de la Unión, tanto civiles como militares (en este momento, mantiene 17 operaciones) lo que agilizaría mucho el tiempo y la logística para el despliegue. Hasta ahora, cada misión tiene que fijar una estructura ad hoc. COLABORACIÓN CON LA OTAN Desde el primer momento, los impulsores de un nuevo paso en la política de seguridad en Europa han dejado muy claro que la colaboración con la OTAN debe ser uno de los pilares sobre los que se sustente. Buena muestra de ello es que el principal debate de este Consejo —al que se invitó al secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg— se centró en explorar nuevos caminos para que el trabajo conjunto sea cada vez más fructífero. Los ministros de la UE analizaron cómo se está materializando la Declaración Conjunta OTAN-UE firmada el pasado 27 de octubre en la sede de la Alianza en Bruselas. En esa reunión, los internacional Cospedal y su homólogo francés, Le Drian, durante su reunión bilateral tras el Consejo. Diciembre 2016 Revista Española de Defensa 49 Iñaki Gómez/MDE Existirán niveles de implementación para que los países que lo deseen pongan antes en práctica medidas concretas vo titular español de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis. Hace poco más de un mes, los ministros de Defensa de los cuatro grandes de la Unión tras la salida del Reino Unido (Francia, Alemania, España e Italia), mandaron una carta al resto de los titulares de Defensa europeos explicándoles su deseo conjunto de potenciar la seguridad común y en la que demandaban una defensa europea «más fuerte, realista y creíble». Tras el plan presentado por Mogherini, otros socios, como Bélgica, han mostrado su interés por formar parte de este núcleo duro de la Defensa y participar de la primera velocidad en las nuevas estructuras. Para coordinar esta nueva política común, la recién designada ministra, María Dolores de Cospedal, aprovechó la reunión del Consejo de Europa para mantener reuniones bilaterales con sus homólogos de Alemania, Ursula von der Leyen; Francia, Jean-Yves Le Drian; e Italia, Roberta Pinotti. Los cuatro países defiende que Europa necesita una defensa más capacitada para responder a las actuales demandas de seguridad y, además, comparten un espacio estratégico —el Mediterráneo— de especial sensibilidad estratégica. Rosa Ruiz aliados aprobaron la puesta en marcha de la misión Sea Guardian, ya operativa, y cuyo cometido fundamental es ayudar a los buques europeos de la operación Eunavfor Med Sophia en su lucha contra las mafias de la inmigración en el Mediterráneo central. Stoltenberg y Mogherini informaron a los titulares de Exteriores y Defensa de los 28 socios europeos que ya se están elaborando 40 propuestas concretas para mejorar la coordinación y la complementariedad entre ambas organizaciones, y que esperan que puedan ser ya aprobadas en sendos Consejos de ambas organizaciones que se celebrarán en el mes de diciembre. NÚCLEO DURO El mayor debate generado entre los socios fue el ritmo a seguir en la implementación de esta nueva estrategia de seguridad. Tras intensas negociaciones y diversos tira y afloja, los 28 dieron luz verde a la llamada cooperación permanente estructurada, que permite a un grupo de Estados asociarse voluntariamente para elevar el nivel de ambición y establecer medidas concretas para uso común. «Queremos estar a la vanguardia de la Europa de la Defensa» afirmó el nue-
REVISTA ESPAÑOLA DE DEFENSA 334
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