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REVISTA ESPAÑOLA DE DEFENSA 334

Las fachadas de los museos de Santa Cruz y del Ejército, sedes de la doble exposición, son elementos de la propia muestra. fectamente formados para que el rey emperador Carlos pase revista. Entre esos títulos, figuran Espejo y disciplina militar (1596), de Francisco de Valdés; Tratado de la Artillería y uso de ella (1614-1630), de Diego Ufano, y una recopilación de los sucesos de África (1573), de Luis del Carvajal. Todos ellos, cedidos por la Biblioteca Central Militar. La frase de frecuente uso en la época, empleada en sus obras por el marqués de Santillana, Francisco de Rojas o el propio Cervantes en el capítulo XVIII de su Quijote, «la pluma no embota la espada», encabeza el siguiente espacio de la exposición, dedicado a la relación entre La milicia y la literatura. La bandera más antigua de una compañía de los Tercios que conserva esta institución, recientemente restaurada y que llegó al Alcázar de Toledo en 1911, cuando acogía el Museo de Infantería del Ejército, es otra de esas piezas que, a buen seguro, captarán la mirada de los visitantes. Como lo hará la maza Alí Bajá, arma de representación y autoridad en el imperio otomano, que don Juan de Austria recibió en calidad de líder vencedor en Lepanto, hoy conservada por Patrimonio Nacional y una de las piezas destacadas en el área que la exposición dedica a la célebre batalla. LA MÁS ALTA OCASIÓN El afamado combate naval recién apuntado sobresale, por su parte, en el bloque titulado Cervantes. Soldado de la infantería, y la frase elegida es la no menos conocida descripción del envite hecha por el propio escritor en el prólogo al lector de la segunda parte de su ingenioso hidalgo: «La más alta ocasión». No obstante, como recoge la muestra, no fue esta su única participación militar en aguas del Mediterráneo. Viajando a la Península con la intención de solicitar responsabilidades mayores dentro del Ejército, casi en el puerto de Barcelona, la galera Sol, en la que viajaba con su hermano Rodrigo, cayó en manos enemigas. Comienza así el capítulo de La prisión. Los años de cautiverio en Argel le marcarán profundamente, según se desprende de las reflexiones, años después, de don Quijote a su fiel Sacho: «Por la libertad, así como por la honra se puede y se debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el peor mal que puede venir a los hombres». Y, así lo evoca la muestra, que exhibe en este bloque unos grilletes de galeotes procedentes del Museo Naval de Madrid. Recobrada la libertad, Miguel de Cervantes trabajó como «espía», comisario y recaudador para abastecer a la Gran Armada contra Inglaterra. De esta última ocupación da fe un documento de Una de las salas evoca la participación de Cervantes en la batalla de Lepanto 62 Revista Española de Defensa Diciembre 2016


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