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EJERCITO DE TIERRA ESPAÑOL 910

Lugar en el que desembarcó la expedición a la Florida de Pánfilo Narváez 124  REVISTA EJÉRCITO • N. 910 ENERO/FEBRERO • 2017 hombres y tres barcos. Narváez tomó la decisión de desembarcar y lo hizo en una zona pantanosa de ciénagas, plagada de cocodrilos2 (el manglar o los Everglades), donde infantería y caballería se movían con dificultad. En este lugar, llamado hoy el «Jungle Prada Site»3, es donde el 16 de abril de 1528 Narváez tomó posesión de la tierra en nombre del rey de España. Esta zona se conmemora como el sitio en el que por primera vez los europeos iniciaron una exploración en Norteamérica. Narváez fue prudente; inicialmente solo desembarcó un grupo de 40 hombres para reconocer el terreno y solo después decidió que hombres y caballos, con él al frente, avanzaran por tierra firme. Mientras tanto, los barcos navegarían hacia el norte en busca de un puerto seguro. Desgraciadamente esto nunca ocurrió; los navíos y los soldados desembarcados nunca volvieron a encontrarse. La relación con los indígenas fue variada y solo en ocasiones hubo enfrentamientos. Las informaciones que les proporcionaron los indígenas sobre dónde encontrar alimentos y oro llevaron a Narváez hacia el interior, y recorrieron más de 400 kilómetros hasta llegar a Apalache, en Tallahassee. Allí se enfrentaron con sus habitantes y, viendo las dificultades y la merma de efectivos y fuerzas, decidieron alcanzar el mar para abortar su empresa. Tras diez días de marcha alcanzaron la orilla y, con los objetos metálicos que les quedaban, una vez fundidos, elaboraron las herramientas necesarias para construir cuatro balsas. Emprendieron una navegación de cabotaje y sufrieron las corrientes del Misisipi. Finalmente, en noviembre de 1528, solo 80 miembros de la expedición sobrevivieron al naufragio y alcanzaron la isla que Cabeza de Vaca llamó «del Malhado» (probablemente la isla de Galveston, en Texas). Las vicisitudes de la expedición terminaron en 1536 (nueve años después), cuando unos soldados españoles que patrullaban en Sinaloa (México, a 2000 kilómetros del punto de partida) encontraron a Alvar Núñez y otros tres hombres: Alonso del Castillo Maldonado, Andrés Dorante y Estebanico4. Todo lo ocurrido en la expedición en la que participó nuestro protagonista lo narró él mismo en la obra Naufragios5. LOS NAUFRAGIOS Cabeza de Vaca publicó la primera edición de Naufragios en 1542 y una segunda en 1555. Se duque de Medina Sidonia, donde permaneció hasta que en 1527 embarcó como tesorero en la primera expedición a la Florida, expedición que duró diez años. Tan solo tres años después, en 1540, zarpa desde Cádiz con destino al Río de la Plata, donde ejerció como máximo responsable de la Corona (adelantado). Allí permaneció hasta que en 1543, como resultado de una sublevación, fue hecho prisionero y enviado a Europa acusado por sus enemigos de abuso de poder. Tras estar desterrado en Orán, en 1553 fue indultado. Terminó sus días en 1559. LA EXPEDICIÓN A LA FLORIDA En junio de 1527 Alvar embarcó como tesorero y segundo mando de la expedición a la Florida, comandada por Pánfilo Narváez y formada por cinco barcos y 600 hombres. Narváez, designado adelantado por Carlos I, tenía el propósito de crear al menos dos ciudades bien guarnecidas en la costa del golfo de México. El objetivo de la misión no pudo ser realizado, ya que un cúmulo de catástrofes lo hicieron imposible. El fracaso de la misión no impidió que se escribiera una gesta heroica de la historia de España, de la que Alvar fue su principal protagonista1. Primero desembarcaron en La Española y más tarde en Cuba, donde al parecer desertaron más de 150 hombres cautivados por los encantos de las indígenas. Poco después un huracán arrebató la vida de otros 60 hombres. Cuando consiguieron alcanzar por fin el continente, lo hicieron ya en Port Charlotte (Florida, al sur de la actual Tampa), y para entonces ya solo quedaban 300


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