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REVISTA HISTORIA MILITAR 112

EL GENERAL FRANCISCO GÓMEZ-JORDANA SOUSA 57 talmente había de acaecer; la responsabilidad de ella alcanza a todos los españoles que en su gestación pusieron inconscientemente su gra-nito de arena. Políticos de todos los matices, y principalmente los de la oposición, Parlamento, prensa y opinión pública mal encauzada, contribuyeron poderosamente a la victoria de Abd El Krim9. Durante todos estos años, Gómez-Jordana alternó tareas militares y funciones civiles. En el plano militar ocupó varios puestos: la Jefatura de Sección de Campaña, la Jefatura del Gabinete Militar del Alto Comisario de España en África, la Jefatura del Estado Mayor del Ejército de España en África y otros cargos de similar relevancia. Funciones que le granjearon a la altura de 1922 su promoción al empleo de general de brigada por ser-vicios prestados y méritos contraídos en la campaña de Marruecos10. En este tiempo coincidió con militares de reconocida reputación: no solo su pa-dre, el general Francisco Gómez Jordana sino también otros como Dámaso Berenguer o Miguel Primo de Rivera. De la mano de este último, jefe del Directorio Militar, tras el golpe de Estado de septiembre de 1923, accedió al primer plano de la política, ocupando un puesto en el gobierno como vocal de dicho Directorio Militar11. Ya anteriormente, y en el marco de sus destinos en Marruecos, se le había encomendado la difícil tarea de llevar a cabo las conversaciones que se sucedieron en aquellos años con los líderes guerrilleros marroquíes, El Raisuni y Abd El Krim. A la altura de 1925, en relación con la preparación de las operaciones conjuntas franco-españolas, que posibilitaron el desembarco de Alhuce-mas, el general Jordana fue designado «primer representante del Gobierno español» y, por tanto plenipotenciario del Gobierno Militar de España12. 9  Ibídem: p. 42. 10  Gaceta de Madrid de 31 de mayo de 1922. 11  GÓMEZ-JORDANA SOUSA, Francisco: op. cit., p. 17. Poco antes de este nombramiento, el alto comisario en Marruecos, general Berenguer, hacía una descripción de Gómez-Jordana, jefe de su Estado Mayor: «este militar posee extraordinarias dotes de inteligencia, laborio-sidad, experiencia y dominio de la táctica de su profesión. Una cualidad que constantemente he podido comprobar en este jefe y su valiosa cooperación en todos los momentos durante los años que sirve a mis órdenes…». Parece pertinente afirmar que Primo de Rivera conocía sobradamente las aptitudes de Francisco Gómez-Jordana Sousa cuando decidió incorporarlo a su gabinete de Gobierno. 12  JIMÉNEZ MOYANO, Francisco José: «El desembarco de Alhucemas, un hito de la historia militar» en Revista de Historia Militar, n.º 101, 2007, pp. 169 – 204. En dichas conversaciones conoció al residente y mariscal francés, Philippe Pétain, militar con el que coincidió de nuevo en su etapa de ministro de Asuntos Exteriores durante los años 1938 y 1939; Gómez-Jordana se convirtió así en un reconocido diplomático con «excepcionales dotes de mando». Revista de Historia Militar, 120 (2016), pp. 57-86. ISSN: 0482-5748


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