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REVISTA GENERAL DE MARINA MARZO 2017

TEMAS GENERALES Hay que considerar que el 19 de enero de 1834 había atracado en el puerto palmesano el primer barco que hizo la travesía entre la Península y el archipiélago sin usar el soplo del viento o la fuerza de los brazos. El Balear, nombre que tenía el navío, era propiedad de la empresa catalana Vilardaga, Julià i Reynals. Su ruta cubría la línea Barcelona-Palma-Mahón. La iniciativa fue un fracaso, pero los empresarios de las islas ya habían tenido tiempo suficiente para percatarse de las ventajas del nuevo sistema de navegación. José Estades Homar adquirió el Mallorquín, que el 6 de octubre de 1837 cubrió la ruta entre Palma y Barcelona. Desde ese momento el tráfico marítimo no dejó de crecer. Mercancías y pasajeros convivían en las embarcaciones, como se encargó de recordar George Sand en su relato sobre su estancia en Mallorca, puesto que la escritora y el compositor polaco Chopin viajaron en el Mallorquín en el otoño de 1838. Luego llegaron más vapores. El Barcelonés, propiedad de Pablo Sorá, en 1850, y posteriormente el Rey Jaime I en 1856, el Rey Jaime II en 1857, y con ellos más viajeros que contribuyeron a divulgar la belleza de la isla entre los europeos (J. Riera, 2009). Efectivamente, bajo el título Las primeras compañías mallorquinas de navegación a vapor se agrupan los fondos de tres empresas: El Mallorquín, El Barcelonés y la Sociedad Accidental de los Vapores Españoles Mallorquín y Barcelonés. Estas implantaron en Mallorca la navegación a vapor en el trayecto Palma-Barcelona operando con dos buques. El primero fue el 2017 219


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