SECCIONES FIJAS REVISTA EJÉRCITO • N. 912 ABRIL • 2017 107 dominantes dinka, tan solo dos años después de que unidos hubieran logrado la independencia de Sudán, y los dos bandos principales tenían nombres propios: el líder dinka, el presidente Salva Kiir, al frente de la comunidad mayoritaria, y su vicepresidente y líder de los nuer, Riek Machar, quien vive hoy exiliado en Suráfrica. El presidente Kiir es acusado de no haber sabido gestionar el país, desaprovechando los momentos de bonanza debidos a los altos precios de la energía (Sudán del Sur exportaba 300.000 barriles diarios de petróleo, garantizando importantes ingresos antes de la caída de los precios), y también de liderar los excesos que cometen los dinka, pero ningún vecino de Sudán del Sur quiere el regreso de Machar pues también a él se le hace responsable de la violencia. La vecina Uganda, por ejemplo, alberga a 740.000 refugiados sursudaneses, la mayoría de ellos llegados en los últimos siete meses ante el agravamiento de la violencia intercomunitaria. Es particularmente escandaloso, además, que el Gobierno de Juba haya establecido la obligación de pagar un permiso de trabajo de una cifra exorbitada —de 10.000 euros, y desde el pasado 1 de marzo— a aquellos cooperantes extranjeros que quieran seguir trabajando en el país o entrar en él bajo dicha condición.2 Demuestra con ello que no quiere testigos de los excesos que se están cometiendo en su territorio. Difícil arreglo tiene este conflicto cuando los dinka copan no solo la Jefatura del Estado sino también la de las Fuerzas Armadas y de Seguridad. Las denuncias de abusos cometidos por fuerzas regulares no se refieren solo a ataques violentos a otras comunidades sino que incluso el Programa Mundial de Alimentos (PMA) acusa a aquellas de haberse apropiado el pasado julio, en la capital, Juba, de 4.500 toneladas de alimentos con las que se podían haber alimentado a más de 200.000 personas. Kiir aceptó los acuerdos de paz del verano de 2015 no por convicción sino por las amenazas de sanciones a que se le estaba sometiendo. Estos permitieron que Machar decidiera volver al país en abril de 2016 pero, nuevos y violentos choques producidos en Juba el pasado verano, le devolvieron de nuevo a su exilio surafricano. Sus fuerzas, concentradas en la región de Equatoria Central, se enfrentan a las tropas gubernamentales de su antiguo aliado Kiir, y también son acusadas de violencia intercomunitaria aunque en menor medida que las fuerzas leales al presidente. UN DESAFÍO PARA LA REGIÓN Y PARA EL MUNDO Mientras tanto Sudán del Sur es uno de los cuatro países en situación de hambre según la ONU —los otros tres son Nigeria, Yemen y Somalia— y para cuyas necesidades más inmediatas el secretario general Antonio Guterres ha pedido 4.400 millones de dólares que difícilmente se van a reunir a tiempo. Son 20 millones de personas en situación de hambre o cercana a ella, la mayoría en el continente africano, con el telón de fondo de conflictos, corrupción y sequías como agravantes. Conviene recordar que los EEUU han entregado a Sudán del Sur desde 2013 más de 2.100 millones de dólares en ayudas que han permitido alimentar a 2,3 millones de personas. El compromiso de Washington DC con este joven Estado cristiano desgajado del mayoritariamente musulmán Sudán fue firme desde un principio, y el nue- El presidente de Sudán del Sur, Salva Kiir Mayardit vo país surgió a la independencia en medio del
EJERCITO DE TIERRA ESPAÑOL 912
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