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REVISTA HISTORIA NAVAL 136 MAS SUP25

EL TRASLADO DE LOS «PLIEGOS REALES» DE LA EXPATRIACIÓN JESUITA DE .... abandonaron el puerto el 21 de abril, aunque tuvieron que retornar debido al fuerte viento; al día siguiente lo intentaron de nuevo con mejores condiciones climáticas y lograron hacerse a la mar. El 22 de dicho mes casi habían montado la isla de Bantón por el noroeste desviándolos un tanto hacia las costas norte de la isla de Tablas (48), pero sin llegar a ellas. En tanto que sí encontraron refugio y dieron fondo el día 23 cerca de la isla del Cobrador (49). Para esa fecha, la confusión y perturbación invadió a Estorgo, ya que comprendió muy claramente que no podía proseguir el viaje (50). Pronto supo por el religioso que estaba en construcción una embarcación, pero a pesar de estar dispuestos a concluirla, nadie aceptó hacer el viaje, ni aun con doble paga. Ante esta situación Estorgo no tuvo más solución que esperar el paso de algún navío de guerra; pero ahora su suerte cambió, ya que una pequeña embarcación que había enviado antes a Tabayas regresó con la noticia de que saldría hacia Manila. El capitán volvió a escribir y con doble paga logró hacerla llegar a esa población, y de ahí seguir viaje a Manila; en su misiva solicitó de nuevo el envío de transporte oficial para su traslado (51). Durante los siguientes días (del 22 al 28) dedicó a sus tripulantes a limpiar, carenar, aceitar y embrear su goleta para dejarla algo más ligera y que pudiese navegar mejor. La pudo sacar del río y dar de nuevo alojamiento a su gente. En espera de noticias pasaron unos días y, cuando menos lo esperaba, el día 11 fondeó un paquebote a cargo de un capitán de marina, un teniente y un piquete de tropa, quienes le entregaron una carta del Superior Gobierno con fecha del 14 de abril. El contenido le señalaba que se transbordara al paquebote para ir a la capital. Finalmente, Estorgo vio acercarse el fin de su cometido; dejó la goleta a cargo del pueblo y embarcó a toda su gente, tomando todas las precauciones posibles para que la comunicación entre ambas tripulaciones no dejara traslucir el grave encargo que llevaba (52). El 13 de mayo se hicieron a la vela, remontaron las islas de Samara y Bantón y después los Tres Reyes, las isletas de Bacón y «llegamos avante con la Punta de Santiago» (53). Para el 17 de mayo ya se encontraban dentro de la bahía de Manila, habían pasado su entrada, la isla de Corregidor (54), y a base de remos, al ponerse el sol, dieron fondo cerca de Manila. De inmediato Estorgo, abordó la panga del capitán del puerto: (48)  Estas dos islas conservan actualmente sus nombres y están situadas en: 12° 34´ N y 122° 15´ E y en 12° 59´ N y 123° 5,10´ E, respectivamente. (49)  Conserva el mismo nombre, se encuentra en: 12° 32´ N y 122° 18´ E. (50)  Diario, f. 63. (51)  Ibídem, f. 66. (52)  Ibídem, ff. 70-73. (53)  Conserva el nombre de: islas Tres Reyes, en: 13° 1,24´ N y 121° 54,1´ E. La Punta de Santiago corresponde al extremo de la isla de Luzón, en la provincia de Batangas, en: 124° 20´ N y 13° 46´ E. (54)  El nombre se mantiene igual; se ubica en: 14° 22´ N y 120° 34´ E, y constituye el ingreso a la bahía de Manila. Año 2017 REVISTA DE HISTORIA NAVAL 27


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