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REVISTA HISTORIA NAVAL 136 MAS SUP25

MARINA MERCANTE: LUCES Y SOMBRAS (1914-1918) marte a través de mi Embajador que, de acuerdo con tus deseos, he puesto a tu disposición diez barcos alemanes. Mi Gobierno se ha puesto de acuerdo con el tuyo para fijar las condiciones necesarias. Puedes estar seguro de que tienes la máxima comprensión de mi parte». La misiva llevaba fecha de 5 de mayo. Es recibida en España el 21 de junio de 1916, cuando atracaba en el puerto de Cartagena el submarino U-35. Las complicaciones internacionales que de tal hecho se derivaron enturbiaron las negociaciones sobre la cesión de los mercantes. Se embrollaron aún más cuando se extendieron los rumores de que Horacio Echevarrieta había vendido sus barcos a través de un hombre de paja a Francia o Inglaterra y una orden de la Marina de Bilbao iba a dar permiso para vender a Inglaterra todos los barcos inferiores a 3.000 toneladas. Las negociaciones quedaron rotas. En este contexto de falta de entendimiento, el hundimiento del mercante San Fulgencio, cuando desde el Reino Unido regresaba a España con una carga de carbón, por un submarino alemán el 9 de abril de 1917, fue el momento aprovechado por Romanones para intentar romper las relaciones con Alemania. Consideraba que se trataba de «un agravio directo a España realizado con ultraje de los convenios internacionales y de los derechos del nuestro» (20). Sus pretensiones no se vieron coronadas por el éxito. Por una parte, casi todos los líderes dinásticos se pronunciaron en contra de abandonar la neutralidad estricta, incluso los miembros de su propio partido. De otro lado el Ejército, a través de editoriales publicados en La Correspondencia Militar, se mostraba partidario de continuar con la política de neutralidad. Por último, Alfonso xIII no apoyó a su presidente de Gobierno (21). Romanones presentaba su dimisión el 19 de abril de 1917 alegando que «no debo ni quiero gobernar contra toda la opinión. No la comparto, pero ante ella me rindo» (22). El rey encargó a García Prieto la formación de un nuevo gabinete liberal. Fue reemplazado en junio por Eduardo Dato presidiendo un Gobierno conservador. Prosiguieron los hundimientos y el bloqueo de las conversaciones hispano-germanas. El 13 de julio, el vapor Ramón de Larrinaga, requisado por el Gobierno español, que traía petróleo desde Nueva York, fue torpedeado cuando estaba a punto de entrar en aguas españolas, ocasionando la muerte de ocho miembros de su tripulación. El barco, para evitar cualquier confusión, navegaba con todas las luces encendidas y dos luces iluminando el pabellón (23). La gravedad del incidente obligaba a tomar alguna medida. El Consejo de Ministros, después de arduas discusiones, se puso de acuerdo el 10 de agosto en remitir una nota de protesta a su homólogo (20)  ROMANONES, p. 408. (21)  Reproduce Soldevilla la siguientes declaraciones de Alfonso xIII en su visita a un cuartel de Leganés en donde revistó a las tropas que regresaban de Larache: «Aunque la vida de guarnición es más tranquila que la de campaña, es más pesada, por faltar en ella las emociones naturales de la guerra; hay que estar siempre preparados, aunque el propósito de España sea el de permanecer en la neutralidad». (22)  ROMANONES, p. 395. (23)  SOLDEVILLA (1917), pp. 209-210. Enric García Domingo (p. 205) proporciona el nombre de los tripulantes fallecidos y su cargo en el hundimiento. 2017 REVISTA DE HISTORIA NAVAL NAVAL 49


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