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JOSÉ ANDRÉS ÁLVARO OCÁRIZ Los Laya Hablaremos, a continuación, de otra saga familiar, los Laya. El primero de ellos fue Bartolomé de Laya (16). Nació en la localidad vizcaína de Güeñes en 1580. Perteneció a la armada del general Antonio de Oquendo. Murió en 1639 en la batalla que dicha armada sostuvo en Las Dunas contra la escuadra holandesa. Su hijo, Mateo de Laya y Cabex (17) nació en 1630 en Güeñes. A los doce años figuraba como paje de nao en el galeón Santísima Trinidad y, un año más tarde, como grumete de la capitana real Nuestra Señora de la Asunción y Santiago. En su carrera marina alcanzó el grado de almirante general de la Armada del Océano. Se batió con gran arrojo en diversos encuentros que la Armada española sostuvo contra la francesa. Fue hecho prisionero cuando combatía a las tropas de Turena y de Condé, situadas sobre Burdeos. Liberado poco después, asistió al combate de La Rochela. Su comportamiento en el mismo le valió el ascenso a teniente y, al mismo tiempo, se le dio el mando de una fragata con la que hizo frente a varios barcos enemigos. Merece destacarse su encuentro con dos fragatas argelinas cerca de Cádiz en 1662, donde, gracias a su pericia, pudo escapar con vida sin que los enemigos se adueñasen de su nave. Más tarde, pasó a servir a una compañía de provisión de esclavos negros de las Indias, hasta que, nuevamente, fue requerido para incorporarse en la Armada, concediéndosele el mando del patache de la Armada que vigilaba los galeones de la plata en las expediciones a España. En 1669 construyó, con su propio dinero, una fragata con la que, aparte de llevar a cabo sus negocios particulares, conducía a las Indias los despachos reales. Al encontrarse la Armada española escasa de barcos, el Gobierno se la embargó y, a cambio, le nombró capitán de mar y guerra. En 1677, el general marqués de Peñafiel le concedió el mando del galeón San Bernardo, y prestó sus servicios en el golfo de Mesina. El 16 de septiembre de 1683 fue nombrado almirante general e intervino en gran número de operaciones de mar, algunas de ellas de verdadera responsabilidad, como la de proteger a los barcos que traían el oro y otras riquezas de las Indias. Nueve años más tarde era encumbrado al alto puesto de consejero en el Consejo Supremo de Guerra y Junta de Armadas, en cuya ocupación moriría al año siguiente, 1693. Hijo suyo fue Mateo de Laya y Aramburu, que nació en Pasajes (Guipúzcoa) en 1630 y falleció en Cartagena de Indias, víctima de las enfermedades tropicales el 22 de septiembre de 1700. Comenzó a servir en la compañía de su padre, que estaba destinado a la Guarda de la Carrera de Indias. Por sus méritos fue ascendido a capitán de mar y guerra y, posteriormente, a almirante. En 1700 se le entregó el mando de una escuadra cuya misión era navegar a Cartagena de Indias, expulsar a los (16)  DELMAS, t. IV, p. 122. (17)  Ibídem, pp. 122-125. 62 REVISTA DE HISTORIA NAVAL Núm. 136


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