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1071 y de un inicio real de los avances. A lo largo de las siguientes semanas fueron cayendo Mazar-i-Sharif, Kabul, Kunduz y, por último, Kandahar el 7 de diciembre. La rapidez de la victoria generó titulares y columnas de opinión que daban gran parte del mérito al poder aéreo (merecidamente), y que calificaban el nuevo modelo de «revolucionario»100. Nuevamente se planteaba la cuestión de ganar las guerras desde el aire, sin una participación a gran escala de fuerzas terrestres. Soslayando los análisis superficiales y la euforia del momento, vamos a comentar brevemente dos posturas que recogen lo esencial de aquel debate y que —como decimos— pronto coincidieron en un terreno más o menos común101. Un ejemplo de la postura partidaria al modelo Afganistán fue el artículo «Wining with Allies. The Strategic Value of the Afghan Model» de Richard B. Andres, Craig Wills y Thomas E. Griffith Jr., publicado en la revista científica International Security. Sin que ello quite valor alguno a su trabajo, resulta conveniente señalar la vinculación profesional de los tres autores con la USAF. El argumento principal es que la combinación de operadores especiales, milicias autóctonas y poder aéreo proporciona un modelo robusto y aplicable en futuras intervenciones militares. Los autores daban las siguientes razones a partir de la experiencia afgana102:  Gracias a los avances tecnológicos, los operadores especiales son capaces de designar blancos con exactitud a las municiones guiadas de la aviación. Esto supone una mejora significativa respecto a Vietnam, donde ya se había ensayado el empleo combinado de operadores, fuerzas autóctonas y poder aéreo con resultados insatisfactorios. 100 Kelly, Michael (2002), «The Air-Power Revolution», Atlantic Monthly, Vol. 289, n.o 4; Gordon, Michael (2001), «New U.S. War: Commandos, Airstrikes and Allies on the Ground», The New York Times, December 29; Shanker, Thom (2002), «Conduct of War is Redefined by Success of Special Forces», The New York Times, January 21; Fitchett, Joseph (2001), «Swift Success for High-Tech Arms», The International Herald Tribune, December 7. 101 Además de los trabajos que vamos a comentar pueden consultarse otros que ofrecen una perspectiva equilibrada sobre las ventajas y límites del poder aéreo actuando en apoyo de fuerzas terrestres ligeras. Por ejemplo: Shafer, Stephen William (2007), «Three Models of Air Power as an Asymmetrical Asset», Journal of Applied Security Research, Vol. 3, n.o 1, pp. 93-106; Lambeth, Benjamin S. (2005), Air Power Against Terror: America’s Conduct of Operation Enduring Freedom, Santa Monica, CA: RAND Corporation. 102 Andres, Richard B., Wills, Craig and Griffith, Thomas E. (2005/2006), «Winning with Allies: The Strategic Value of the Afghan Model», International Security, Vol. 30, n.o 3 pp. 136-138. bie3 El debate sobre la primacía del poder aéreo: un recorrido histórico Javier Jordán Enamorado Documento de Análisis 12/2012 33


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