Page 140

BOLETIN IEEE 4

140 Son pues verdugos pagados en negro y repudiados por su sociedad. En esta lógica, el fango moral que nos describe Pagaza es lo que abruptamente queda a la vista en bajamar escorada, cuando las aguas de la imaginación se retiran y muestran la realidad que hasta entonces mantenían presa, contenida por emociones, silencios y disimulos; un fango pestilente y salpicado de restos varios. Ni los más bienintencionados discursos performativos —se cumplen por el solo hecho de enunciarse— pueden cambiar esta realidad o disimularla. Es lo que queda del terrorismo como hecho social. Y la «socialización del dolor» es algo a lo que han jugado tanto ETA como el Daesh o al Qaeda. Las víctimas padecen el mismo suplicio que Sísifo; y reproducen eternamente su castigo. Por eso, el gran drama de las víctimas es, como dijera Camus, que aburren; esa es una pena adicional a la propia de su extrañamiento social. Las víctimas no son invitadas a ninguna fiesta. Y tampoco están para ellas. Su conducta es siempre extraña; nadie entiende que si las víctimas no lo son para siempre, sí lo son para mucho tiempo. Su situación está para quedarse, no es feliz y aburre; es melancolía. Pagaza se mueve por la Historia de lo acontecido desde 2003, por los avatares de la vida política relacionada con el terrorismo mientras desgrana sus experiencias y extrae enseñanzas en artículos escritos en tiempo real, ideas que transcienden su marco. Es consciente del poder de la «temida doxa», la opinión pública en todo el proceso en relación con el terrorismo. La victoria o la derrota no dejan de ser una mera cuestión de opinión. Por eso, no puede haber paz sin haber acabado con ese relato, ni aun siquiera con todos los terroristas en la cárcel; el viento que el tiempo genera puede reactivar los rescoldos y traer de vuelta un nuevo conflicto, tal vez incluso peor. El relato es aún más importante que los terroristas que lo propiciaron, por eso no se pueden hacer concesiones en ese campo ni poner ideas o el propio pasado en almoneda, y menos aún en nombre de la paz. Como Machado afirma: «una paz a todo trance tendría su más inequívoca reducción al absurdo ante este inevitable dilema: o cruzarnos de brazos ante la iniquidad, o guerrear bie3 '/Z/ZĞĐĞŶƐŝſŶĚĞůůŝďƌŽͨ>ůƵǀŝĂĚĞĨĂŶŐŽͩĚĞDĂŝƚĞWĂŐĂnjĂƵƌƚƵŶĚƷĂ &ĞĚĞƌŝĐŽnjŶĂƌ&ĞƌŶĄŶĚĞnjͲDŽŶƚĞƐŝŶŽƐ ¡Y de mí huyeron, de sus culpas el manto me echaron, y mi llanto y mi voz escucharon sin piedad!». ŽĐƵŵĞŶƚŽĚĞŶĄůŝƐŝƐ ϲϱͬϮϬϭϲ ϭϬ


BOLETIN IEEE 4
To see the actual publication please follow the link above