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422 Unas aguas turbulentas La República Popular de China, con sus cerca de 10 millones de kilómetros cuadrados de superficie, es el tercer país más extenso de la Tierra por detrás de Rusia y Canadá. Es el cuarto si se tienen en cuenta las masas de agua, estando en este caso por detrás de Rusia, Canadá y Estados Unidos. Terrestres o marítimas, esta potencia tiene fronteras con catorce países. Aunque basa la esencia de su acción exterior en los Cinco Principios de Coexistencia Pacífica de ZhouEnlai (no injerencia en los asuntos de otras naciones, no agresión, convivencia pacífica, igualdad y beneficios mutuos), mantiene disputas territoriales de diversa intensidad con algunos de sus vecinos. El principal, histórico, es Taiwán. Desde la creación de la República Popular de China después de la segunda guerra civil que vivió el país a mediados del siglo pasado, Pekín ha reclamado los territorios gobernados por la República de China, una entidad política independiente que conocemos habitualmente como Taiwán. En sus exigencias están la isla del mismo nombre y los pequeños archipiélagos de Quemoy, o Kinmen, y Matsu. En la década de 1990 China comenzó a negociar la resolución de su disputa fronteriza con la India por Cachemira o la definición de una frontera con Bután. Pero las reclamaciones territoriales que más están poniendo a prueba la diplomacia internacional y las relaciones vecinales o entre las grandes potencias, como las que mantiene la propia China con EE.UU. y Rusia, son las planteadas sobre varias pequeñas islas en el mar de China Oriental y Meridional. Las 14 islas Spratly son reclamadas total o parcialmente por China, Vietnam, Taiwán, Filipinas, Malasia y Brunei. Las Paracelso por Vietnam, China y Taiwán. Las Senkaku por China, Taiwán y Japón y los arrecifes Scarborough (o de la Democracia) por China, Taiwán y Filipinas. Pese a ser algunas de las islas más pequeñas del planeta son el centro de una de las mayores disputas territoriales del mundo. El Gobierno nacionalista chino de ChiangKai-shek comenzó las reclamaciones territoriales en 1947 tras la derrota de Japón en la Segunda Guerra Mundial y el líder comunista Mao Tse-Tung continuó con ellas tras su victoria en la guerra civil de 1949. Pekín apoya estas demandas de territorios tan alejados de su suelo continental en viejos mapas y afirmando que los países vecinos, alineados ahora con EE.UU. por el temor al avance chino, respetaron durante décadas la demarcación que se conoce bie3 Mar de China, el Tribunal de La Haya falla contra Pekín David Corral Hernández Documento de Opinión 105/2016 2


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