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426 sobre ninguna de las islas reclamadas ya que son «legalmente rocas que no generan una zona económica exclusiva o una plataforma continental». La Corte, que fue establecida en el año 1899 para facilitar el arbitraje y otros métodos de resolución de controversias entre Estados y que actúa bajo la Convención del Derecho del Mar de la ONU (en vigor desde 1994 y ratificada por China y Filipinas, así como otros 165 Estados pero no por EE.UU.), considera que la «línea de los nueve puntos» marcada por China para delimitar el territorio que reclama infringe la propia Convención sobre el Derecho del Mar. La CPA considera que estos derechos quedan anulados en la medida en que son «incompatibles» con una zona económica exclusiva prevista en dicha Convención y ha dejado claro que las disputadas islas Spratly «no pueden generar zonas colectivas marítimas», tal y como reclaman las autoridades chinas. El fallo unánime de los cinco magistrados de la Corte, (el ghanés Thomas A. Mensah —presidente—, el francés Jean-Pierre Cot, el polaco Stanislaw Pawlak, el holandés Alfred H. Soons y Rüdiger Wolfrum, de Alemania), ha quedado plasmado en un documento6 de 501 páginas en el que se considera que China ha enconado el conflicto bilateral con sus acciones en lugar de colaborar en su solución y que ha violado el derecho internacional con sus proyectos de recuperación de tierras y la construcción de islas artificiales en los territorios bajo su dominio destruyendo «pruebas de la condición natural y de las características del mar de China Meridional que forman parte del litigio entre las partes». En virtud de la Convención, las islas generan una zona económica exclusiva de 200 millas náuticas y una plataforma continental, pero «las rocas no aptas para mantener vida humana o vida económica propia no tendrán zona económica exclusiva ni plataforma continental». El Tribunal ha concluido que los territorios, en su estado natural, deben sostener una comunidad de personas o una actividad económica que sean estables y no dependientes de recursos externos o que sean puramente de carácter extractivo, por lo que la actual presencia de personal oficial (apoyado desde el exterior) no refleja ninguna de estas características y, en consecuencia, ninguna de las islas Spratly es capaz de generar por sí misma zonas marítimas ampliadas. Tras llegar a la conclusión de que ninguno de los argumentos esgrimidos en las 6 Recuperado de: <http://www.pcacases.com/pcadocs/PH-CN 2020160712 20Award.pdf>. Consultado el 1 de septiembre de 2016. bie3 Mar de China, el Tribunal de La Haya falla contra Pekín David Corral Hernández Documento de Opinión 105/2016 6


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