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727 para su partido político y si llegaran a obtener menos de 5 escaños, se completan las curules con miembros de su partido en ambas cámaras, de modo que se garantiza su presencia como una fuerza política, legal y legítima. La garantía de participación de la guerrilla de las FARC en el congreso a través de curules especiales, garantiza que el núcleo duro de la ideología insurgente se conserve y penetre en la estructura de Gobierno de un régimen que no comparten y del que, paradójicamente, harían parte. El Establecimiento y las FARC, reacomodarán sus posiciones antagónicas, en un escenario de tramitación del conflicto social, sin que ello implique el fin del antagonismo que les define mutuamente con visiones antagónicas del país. Ambos actores, FARC y Establecimiento serán amigos porque compartirán un espacio común, pero también enemigos porque querrán organizar este espacio simbólico común de un modo diferente12. Como se indica en el acuerdo, esta ampliación de la democracia se traduce en «la constitución de nuevos partidos y movimientos políticos que contribuyan al debate y sean verdaderas alternativas de poder»13. Las alternativas aplicadas en otros procesos de transición, en los que la insurgencia pasa a ser parte de la estructura de poder tradicional, por ejemplo incorporándolas al ejército nacional, despolitizan al actor contrahegemónico y anulan los futuros conflictos ideológicos entre las partes. En el caso colombiano, la esencialización inicial de las FARC les permitiría dar el paso de Ejército revolucionario a Partido revolucionario, sin lastimar el núcleo de sus planteamientos ideológicos y, por el contrario, reforzando su concepción de bien común a partir del encuentro agonístico con otras visiones de país. Las curules como garantía de participación de un partido que surja de las FARC, son una expresión del reconocimiento de la identidad colectiva insurgente, en un espacio político en el que el conflicto, lejos de extinguirse, se tramita por la vía institucional; rasgos, todos estos, de la democracia radical. Este paso de enemigos a adversarios se asemeja al camino que teóricamente Mouffe traza entre el antagonismo schmittiano y el adversarialismo de su propuesta. Se podría 12 Los adversarios son para Mouffe, «enemigos amistosos», es decir «personas que son amigas porque comparten un espacio simbólico común, pero que también son enemigas porque quieren organizar este espacio simbólico común de un modo diferente» Mouffe, Chantal. En torno a lo político. Op. cit., p. 31. 13 Mesa de Conversaciones de La Habana. Acuerdo final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera. p. 35, https://www.mesadeconversaciones.com.co/. Consulta: 26/11/16. bie3 Colombia ¿hacia una democracia radical? La «democracia ampliada» y la participación política de las FARC Guillermo Duque Silva, Javier Cadavid Ramírez Documento de Opinión 124/2016 7


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