Page 74

EJERCITO DE TIERRA ESPAÑOL 914

guardas forestales de sus dominios en 1740 con el fin de conseguir unidades de tiradores selectos. En España, paradójicamente, se crearían por influencia francesa. Teóricamente, los jinetes de este instituto (cazadores) debían emplear con más frecuencia las carabinas y las pistolas de arzón; mientras los húsares, el sable. Realmente, al cumplir idénticas misiones, solo se distinguían en el mayor coste del vestuario de los segundos, que era de origen húngaro. Los dragones solían formar, a veces, en vanguardia con la caballería ligera, pero normalmente se situaban en retaguardia, y eran los encargados de explotar la victoria y perseguir al enemigo para aniquilarlo; en vanguardia, tenían la misión de ocupar posiciones importantes que favorecieran el combate de las fuerzas propias. La escasez de caballos hizo que fueran empleados cada vez con más frecuencia donde hicieran falta junto con los jinetes pesados o ligeros y, por ello, dejaron de ser un arma mixta y acabaron por integrarse en la caballería como un instituto más. Es decir, como jinetes que sabían combatir a pie. De todas formas, Napoleón insistía en que toda caballería debía estar provista de arma de fuego y saberla manejar a pie. La caballería en España, durante el reinado de Carlos IV y cuando Godoy se hizo cargo por 74  REVISTA EJÉRCITO • N. 914 MAYO • 2017 primera vez del Gobierno (1792-1798), estaba compuesta, según las plantillas de 1786, por 12 regimientos de línea de tres escuadrones a tres compañías y 630 plazas, dos de ligera con cuatro escuadrones a cuatro compañías (el Costa de Granada con 672 plazas y el de Voluntarios Españoles con 512); y ocho de dragones de cuatro escuadrones a tres compañías con 492 plazas1. Integrados en esta organización, cinco regimientos acudirían a la guerra contra la Convención (1793-1795), donde nuestros jinetes se distinguirían en Thuir y Espollá. En enero de 1800, Diego Godoy, inspector de Dragones, daba cuenta al Rey de los efectivos de hombres y caballos del arma mixta. Estos eran 4129 dragones y 3396 caballos, con un déficit de 183 los primeros y 75 los segundos. En el año anterior faltaban 203 y 100 respectivamente, de lo que se deduce que estaba bien dirigida e iba a más. Al mes siguiente, era la caballería la que informaba de su situación a Carlos IV. Disponía de 9910 jinetes y 9005 caballos; faltaban 810 jinetes y 1587 caballos, pero se había reducido el déficit en 607 y 1147 respectivamente en un año. En consecuencia, y a pesar de estar en peores condiciones que los dragones, también iba a más. Húsar y soldado de caballería de línea en 1793


EJERCITO DE TIERRA ESPAÑOL 914
To see the actual publication please follow the link above