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158 Desde esta perspectiva el mundo habría empezado ya la transición hacia un mundo donde el poder mundial dejaría de tener rostro blanco para tener una impronta geográfica más representativa de toda la humanidad. Hasta finales del siglo XV, no solamente estaba América fuera del mapamundi, sino que las relaciones entre los grandes centros civilizadores de Europa y Asia eran muy tenues y el enorme potencial de interacción humana a nivel global estaba dormido. Tras las grandes exploraciones españolas y portuguesas del despertar del Renacimiento, el mundo inició un progresivo proceso de globalización que ha llegado a su plenitud en el siglo XX. Poco a poco las sociedades europeas fueron controlando de forma efectiva mayores porciones de la geografía mundial. Al partir la iniciativa de puertos europeos y demostrar las sociedades europeas un atrevimiento, dinamismo y capacidad de dominio sin precedente, el mundo se configuró según el orden, los patrones y los valores acuñados en el apéndice más occidental del continente euroasiático. Esta última perspectiva que contempla nuestro tiempo como el otoño de una gran era eurocéntrica de más de quinientos años es quizás la más conveniente para intentar escudriñar el futuro en tanto que es probablemente de ese modo como la mayor parte del mundo lo va a interpretar. Incluso desde Rusia, que fue uno de los grandes actores del dominio mundial por parte de Europa, tiene esa interpretación en relación con Occidente. Su ministro de Exteriores, Sergei lavrov, ha escrito en dicho sentido: «Se ha producido una reducción relativa de la influencia del así llamado Occidente histórico que fue utilizada para verse a sí mismo como el campeón de los destinos de la raza humana por casi cinco siglos»7. La entrada de potencias no occidentales en el foro selecto de los centros de poder que configuran el orden mundial está llamada a ser la Revolución francesa de las naciones, con toda la capacidad de transformación que eso supone. La reciente experiencia colonial hace que prácticamente la totalidad de las naciones del mundo se interpreten a sí misma como sociedades colonizadas o colonizadoras. Esta circunstancia que polariza a las naciones en relación con Occidente, la aristocracia mundial en el orden anterior, se irá poniendo progresivamente de manifiesto a medida que las nuevas potencias no 7 Traducido por el autor del artículo publicado en inglés en la página Web del Ministerio de Asuntos Exteriores de la Federación Rusa: LAVROV, Sergei, Russia’s Foreign Policy: Historical Background, revista Russia in Global Affairs, 3 de marzo de 2016. Ver en, http://www.mid.ru/en/foreign_policy/news/- /asset_publisher/cKNonkJE02Bw/content/id/2124391. bie3 >ĂŐĞŽƉŽůşƚŝĐĂŚĂǀƵĞůƚŽƉĂƌĂƋƵĞĚĂƌƐĞ :ŽƐĠWĂƌĚŽĚĞ^ĂŶƚĂLJĂŶĂ'ſŵĞnjĚĞKůĞĂ ŽĐƵŵĞŶƚŽĚĞŶĄůŝƐŝƐ ϬϲͬϮϬϭϳ ϭϭ


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