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REVISTA ESPAÑOLA DERECHO MILITAR 106

El asociacionismo militar desde el siglo xviii hasta la transición española las zonas rurales, pero en las grandes ciudades arrasó el apoyo a los candidatos republicanos, pero lo cierto es que no había duda de que el voto urbano era el más representativo y el único verdaderamente libre. Seguidamente el general Berenguer, jefe de la Casa Militar del Rey, envió un telegrama a los capitanes generales pidiéndoles que aceptaran la voluntad nacional. Ante estos acontecimientos el general Sanjurjo, que era el director de la Guardia Civil, se negó a respaldar con sus fuerzas al gobierno acosado, lo que originó que el rey Alfonso XIII se vio obligado a abandonar el país, siendo proclamada la II República el 14 de abril de 1931. Esta asociación profesional de militares, se fundó durante la II Repú-blica en el año 1933 y en su aparición influyó el corporativismo que en el año 1917 dio origen a las Juntas de Defensa. Sus creadores fueron el capitán Barba Hernández y el teniente coronel retirado Emilio Rodríguez Tarduchy47. La UME estaba integrada en su mayoría por oficiales que pro-cedían de la escala media48, pero todos sus integrantes tenían en común el convencimiento que con la República los intereses del Cuerpo de oficiales estaban amenazados. Durante los años 1932 y 1933 tuvieron lugar varios acontecimientos que determinaron la creación de la UME, como conse-cuencia de la potenciación del corporativismo más derechista del ejército: toria de los partidos monárquicos se produjo en ocho capitales de provincia; Cádiz, Palma de Mallorca, Las Palmas, Burgos, Ávila, Soria, Lugo y Orense. 47  Sin embargo, no hay una posición unánime en la doctrina acerca de quién fue, el fundador de la UME, por una parte Busquets, la atribuye al capitán Barba Hernández (Bus-quets Bragulat, Julio: «Ruido de Sables. Las conspiraciones militares en la España del Siglo XX». Crítica Barcelona 2003, p. 52), mientras que Payne por su parte consideraba como fundador al teniente coronel Tarduchy (PAYNE, S.G.: «Los militares y la política en la España contemporánea». Ruedo Ibérico, Buenos Aires, 1967, p. 256). Sin embargo, otra parte de la doctrina mantiene una posición ecléctica considerando al capitán Barba el fundador efectivo, a instancias de Tarduchy, que había operado como mentor (MANRIQUE GARCÍA Y MOLINA FRANCO: «Las armas de la Guerra Civil española». La esfera de los libros. Madrid 2006, p. 2). 48  Así queda acreditado por ALONSO IBÁÑEZ. Ana Isabel: «Las Juntas de Defensa Militares…», ob. cit., p. 621, quien además señala que: «Rodríguez Tarduchi, provenía del grupo La Correspondencia Militar de 1931, lo que le permitió atraer a estar asociación, militares retirados como él, de tendencia primorriverista. Por su parte, el capitán Barba Hernández le dio a la asociación una dirección eficaz, y una estructura semejante a la del Ejército: Juntas Locales, secretarios regionales y una Junta Central. Esta organización, burocratizada y no muy perfeccionada se logró mediante las relaciones personales, como había sucedido con las Juntas de Defensa, extendiéndose por todas las guarniciones de España entre oficiales de graduación media». 251 3.3. Unión Militar Española de 1933 Revista Española de Derecho Militar. Núm. 106, julio-diciembre 2016


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